Rubén Alberto Curiel Tejeda, coordinador de la maestría de Derechos Humanos de la Ibero de Puebla, acusó que los hechos de Palmarito, donde un militar ejecutó a un civil, demuestran que el Ejército “no debió salir de los cuarteles”.
En entrevista con Ángulo 7, indicó que la normatividad actual no permite la intervención del Ejército en temas de seguridad pública, pero que pese a ello, el expresidente Felipe Calderón –criticó– fue el que dio la orden de que los militares se encargaran de ese tema, con la justificación del combate al narcotráfico.
Curiel Tejeda denunció que el gobierno federal ha incumplido en su tarea de capacitar a los cuerpos policiacos, quienes deben ser los encargados del tema de seguridad pública, la cual ahora debe ser vista como seguridad ciudadana con nuevos paradigmas.
Indicó que con el pretexto de la incapacidad policiaca permiten la participación de los militares en ese tipo de tareas pero, insistió, es inadecuado, pues ellos no están preparados para esas funciones.
Aseguró que la ejecución que se ve en el video se trata de una violación a los derechos humanos, pues la persona ya estaba sometida.
Curiel Tejeda explicó que el Ejército mexicano es el responsable de salvaguardar la soberanía nacional y que eso es un tema de seguridad nacional; reiteró que su incursión en temas delictivos no es de su competencia.
Indicó que, por ejemplo, operaría en el caso de una guerra contra otro país o si se presentara una revolución que quisiera destituir al Estado de derecho.
Consideró que las policías federal y estatal deben retomar el tema de la seguridad en el llamado Triángulo Rojo.
Finalmente, dijo que en México existe un retraso de al menos 20 años en temas de seguridad ciudadana e incluso de “seguridad humana”, nuevos conceptos para tratar el ámbito de la seguridad de la mano del desarrollo social.
Con información de Miguel Hernández