Columnistas-JuanCarlosLastiri

México es un país impresionante en muchos sentidos y como muestra tenemos la gran transformación que hemos sufrido en términos urbanos en menos de medio siglo ya que, en ese tiempo, pasamos de ser predominantemente rurales a ser un país urbano es decir, donde la mayoría de la gente hoy vive en ciudades.

Más aún, el proceso ha sido tan rápido que hoy tenemos un sistema de ciudades que cuenta con más de 300 de ellas y tenemos más de 55 Zonas Metropolitanas que se caracterizan por la expansión de la mancha urbana que traspasa límites político-administrativos; la expansión territorial de las ciudades creció siete veces de 1980 a 2010 para darnos una idea de lo que hablamos.

Este proceso de consolidación urbana desafortunadamente no contó con el acompañamiento de políticas claras que dieran rumbo a los entornos urbanos por lo que hoy existen muchos problemas para quienes habitan ciudades: un transporte urbano deficiente; recorrido de grandes distancias del trabajo al hogar por el crecimiento extensivo y horizontal; perdida de espacios abandonados en zonas centrales; contaminación; disminución de productividad; etc.

Frente a estos hechos el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, desde el inicio de la administración, mostró el interés de retomar la rectoría en el tema del territorio mexicano y creó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), con el gran objetivo de que el Estado recuperara su papel como el gran rector de la planeación y del crecimiento de nuestras ciudades.

Así, a través de la política nacional de vivienda y de desarrollo urbano, que impulsa esta secretaría, se ha buscado la coordinación entre los tres órdenes de gobierno para impedir que organismos de vivienda sigan su propia lógica y en cambio, fortalecer todo lo relacionado con la gestión del suelo a partir de un principio elemental, el municipio, para evitar el expansionismo y el crecimiento horizontal que son causantes de la mayoría de los males en las ciudades.

Este esfuerzo inicial hoy se ve complementado con la propuesta y aprobación de la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano que significa un paso trascendental para el país, la renovación de un marco legal que tenía una vigencia de 40 años y que ya no correspondía a la realidad actual de México; a través de esta se reforzará la coordinación de los tres niveles de gobierno y algo muy importante, será el sustento para seguir construyendo ese gran proyecto que conocemos como la Nueva Agenda Urbana que surgió de la Cumbre de Hábitat III.

En este espacio hemos tocado los temas de esta nueva agenda y hemos hecho referencia a que esta nueva ley es un instrumento único en los países de la región por lo que, los ojos de muchos están puestos en la aplicación de la misma y sus resultados.

Ya nuestro país ha hecho la tarea de presentar en distintos foros las ideas que acompañan esta nueva visión de Estado sobre el territorio y estamos en tiempo de empezar a aterrizar en políticas reales lo que los postulados legales han aprobado; es tiempo de generar acciones que logren la percepción de que todos tenemos derecho a la ciudad; de escuchar a la sociedad civil; de que concibamos nuestros centros y espacios urbanos como bienes públicos, como motores de desarrollo económico y social, accesibles para todos y donde se respeten los derechos de todos y todas.

En muy corto tiempo el gobierno de la República ha logrado el primer objetivo de retomar el control del desarrollo urbano desde una Política Nacional, por lo que es necesario empezar el trabajo que permita que las nuevas leyes en la materia se inserten en las legislaciones de los niveles estatal y municipal. Esto para que los temas de viviendas más amplias, cerca de fuentes de empleo o de medios de transporte y con servicios y equipamiento urbano; resiliencia; sustentabilidad; gobernanza metropolitana; perímetros de contención; etc., sean un derecho de todos los mexicanos. Hay un cambio de paradigma en el tema de lo urbano y debemos trabajar en llevar el discurso a políticas públicas efectivas, para lograr la visión del derecho a la ciudad ya que, a través de esta, mejoraremos la calidad de vida de todas y todos los mexicanos urbanos de este gran país.

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