Columnistas-AlvaroConrado

Aurelio Nuño Mayer, Secretario de Educación Pública (SEP), en un discurso pronunciado hace apenas algunos días, mencionó que el presidente Enrique Peña Nieto enfrenta hoy —como ayer lo hiciera Plutarco Elías Calles— la crítica mordaz de la izquierda y la derecha. Ambas, encarnizadamente señalan errores, y luchan por destruir “lo que tanto trabajo nos ha costado construir”.

Honestamente, no sé a qué logros se refiera Aurelio Nuño, a la sazón, ni siquiera ha militado tanto tiempo en el PRI.

No se identificaba en un pasado cercano con dicho partido, más bien, obedece su presencia en la SEP a un acto y sesgo de amistad con el presidente, que no otra cosa. Un acto de solidaridad amistosa y comprometedora, que emerge y desnuda a Aurelio Nuño como un ignorante de la función pública relacionada con la Educación en México.

Los problemas que ha enfrentado han sido, causa de sus propios errores, de sus deficiencias al asesorar al presidente en ese renglón.

No sé quién pueda concederle credibilidad, habilidad y sapiencia a Aurelio Nuño al frente de la SEP, que es un pilar fundamental en la historia presente del país. No digamos del futuro, pues el futuro ya está aquí reclamando fuertemente a los jóvenes su participación en el desarrollo del país. Por eso me llaman la atención sus declaraciones en el marco de un acto político donde su presencia ni siquiera adquirió relevancia.

Por otra parte, los ataques al presidente no son producto del encono ciego y “a la ligera” de la inmensa mayoría de los ciudadanos, son producto de una conducta errática, de una conducta que una y otra vez tropieza con problemas creados desde el interior mismo de la familia del presidente, que en nada le han ayudado a edificar su imagen y a sacar adelante la responsabilidad delicada de conducir al país por buenos senderos.

Lamentablemente, uno se tiene que referir a estos problemas una y otra vez, porque son de tracto sucesivo en el presidente, una tras otra, sus declaraciones en momentos difíciles, sus deducciones y más, nos enseñan que tenemos un mandatario endeble, y que, además, ha demostrado su mal talante para tratar a los estados gobernados por la oposición.

Tal es el caso de Oaxaca, la cual ni siquiera ha frecuentado, no ha apoyado en nada, pero sí le sirvió de tablita de salvación para sus mal logradas reformas estructurales. Hablo de la Reforma Educativa, que el problema del Sindicato de Trabajadores de la Educación Sección XXII, le dio mucha cobertura para manifestar a él y a Nuño Mayer, lo “duro y firme” de la reforma, que ellos mismos llamaron represiva contra el magisterio.

De Aurelio Nuño Mayer concluyo: no está capacitado para estar al frente de la Secretaría de Educación Pública, y no sabe ni entiende los ataques de izquierda y de derecha a los cuales se refirió en foro pasado.

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