Jorge Rodríguez Corona /A Puerta Cerrada/El Sol de Puebla
Cuando Carlos Martínez Amador afirma que tanto él como el resto de los integrantes de Nueva Izquierda valoran impugnar la decisión del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, que el martes rechazó la celebración de una alianza electoral con el PAN, dice la verdad.
Por más inverosímil que parezca, el diputado local y secretario general del perredismo en el estado no apela a una mera ocurrencia personal, sino al auténtico interés de Nueva Izquierda, pero sobre todo del morenovallismo, por rescatar de entre las cenizas la suma del partido del Sol Azteca con el partido blanquiazul, de cara a la elección de ‘mini’ gobernador que se encuentra a la vuelta de la esquina.
Así que no desdeñe a Martínez Amador cada vez que le escuche expresar la eventual presentación de un recurso jurídico en contra de Agustín Basave Benítez, líder nacional del perredismo, y los demás miembros del CEN.
Se sabe que al interior del morenovallismo evalúan la medida, y que los promotores de la alianza PRD-PAN, llámese integrantes de Nueva Izquierda, tendrán cuatro días hábiles para impugnar a partir de que la dirigencia nacional informe al Comité Directivo Estatal de la resolución tomada el martes.
Parece que, al menos hasta el jueves por la mañana, eso no había ocurrido.
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Rota la alianza PAN-PRD, como se encuentra al día de hoy, el papel que desempeñe Ana Teresa Aranda Orozco como eventual candidata a gobernadora cobra mayor relevancia.
Sin los seis u ocho puntos porcentuales de votación que el PRD le habría aportado al PAN, en un escenario de alianza electoral, los sufragios que Aranda pudiera quitarle al partido blanquiazul y a José Antonio Gali Fayad, su candidato, se vuelven más importantes.
Si consigue el registro para participar como candidata independiente, la ex panista dividirá el voto entre los simpatizantes blanquiazules, dada su larga trayectoria política en ese partido.
Lo mismo pasará si no logra la aprobación del Instituto Electoral del Estado pero en cambio obtiene la candidatura por Morena, partido con el que, afirman, ya ha tenido algunos acercamientos.
Ana Teresa podrá no ser un fenómeno electoral, de hecho no lo es, pero un boquete entre los militantes del PAN, sea grande o pequeño, pondría en riesgo el resultado de la elección para el partido blanquiazul.
El morenovallismo lo sabe.
Y justo por eso, o en parte por eso, es que evalúa la manera de revivir la alianza con el PRD.
Mientras, en el PRI cruzan los dedos para que “La Doña” llegue a las boletas electorales.
Para el partido tricolor sería algo así como una valiosa aliada circunstancial.
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Jorge Charbel Estefan Chidiac, concuño de ‘Tony’ Gali, será uno de los personajes de mayor influencia en la campaña de Blanca Alcalá Ruiz, que por fin ayer fue presentada por el PRI como su candidata de unidad al gobierno del estado.
Como muestra de ello está la reunión que el diputado federal sostuvo con Javier López Zavala y que sirvió de preámbulo para que el ex candidato de 2010 acudiera al Comité Directivo Estatal, a la unción de la senadora.
Estefan y Zavala comieron en el área para fumadores del restaurante La Encomienda, de la Vía Atlixcáyotl.
Después de sostener una plática en la que seguramente no hablaron del frío de los últimos días ni de futbol, se retiraron poco antes de las 17:00 horas para ir al edificio de la Diagonal Defensores de la República, donde sostendrían un encuentro privado con Blanca Alcalá.
Así ocurrió.
Blanca, Charbel y Zavala platicaron a solas, antes de que la senadora hiciera su aparición en el Salón de Presidentes, con el ex diputado federal detrás de ella.
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