Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

Apenas pasó la jornada electoral del 5 de junio y se constató lo que se había advertido: el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas ha iniciado un recorrido por el país para promover su persona, pero sobre todo para atacar las aspiraciones presidenciales de la panista Margarita Zavala y del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, como parte de un acuerdo que tendría con el grupo político Atlacomulco, el que controla Los Pinos, al que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto.

De ahí es donde se entiende que en la pasada contienda electoral había dos PRI atrás de lo que pasaba en Puebla.

Por un lado se percibió a un priismo encabezado por el dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones, el líder local del partido Jorge Estefan Chidiac y la candidata Blanca Alcalá Ruiz, que intentaban ganar los comicios con base en cuestionamientos al gobierno morenovallista y ofreciendo una propuesta de cambio, la cual fue ignorada por el grueso del electorado.

Y por otro, el priismo de Los Pinos que nunca intervino en contra de los abusos de la administración de Moreno Valle. Aunque ese priismo tenía los mecanismos, los recursos económicos y la fuerzas federales no hizo nada para frenar el espionaje morenovallista contra opositores, la parcialidad del árbitro electoral y la utilización del aparato del gobierno estatal para operar a favor del PAN.

En 2010 Rafael Moreno Valle Rosas contó con 500 policías federales, más de 600 golpeadores y unos 2 mil 500 operadores del SNTE, conseguidos por la administración calderonista, para frenar la compra de votos del PRI el día de la elección. Ahora la administración de Peña Nieto no mandó a Blanca Alcalá ni botellas de agua para paliar el calor el pasado 5 de junio.

Esas diferencias se deben a que en el círculo del presidente Enrique Peña Nieto se prefiere tener a Moreno Valle de aliado –con acuerdos bajo la mesa–, que enfrentarlo, derrotarlo y ya no contar con un cómplice dentro de las filas albiazules.

En mucho dicha alianza de facto es un reflejo de la debilidad orgánica del gobierno de Peña Nieto, que ha perdido el respaldo popular, lo que pone al priismo en una severa crisis que tal vez no le permita retener la presidencia de la República en el año 2018.

Pareciera que Peña Nieto recurre a Moreno Valle un poco de manera similar como en su momento, guardando las proporciones y circunstancias, echó mano el panista Felipe Calderón de la ayuda de Elba Esther Gordillo Morales, quien en el año 2006, siendo dirigente del SNTE y formada en el PRI, fue un factor clave para descarrilar la campaña electoral de Roberto Madrazo Pintado, el entonces abanderado del tricolor en la contienda presidencial.

El gobernador se autonombró

 

Rafael Moreno Valle Rosas quiere erigirse como el constructor del proyecto de nación que el PAN presentará en 2018, en el impulsor del candidato con que el albiazul contenderá en la elección presidencial y como el generador de la solución de la crisis socioeconómica que atraviesa el país.

Esa posición se desprende de una entrevista que concedió a El Universal, aparecida en primera plana, donde anuncia un activismo para escuchar a la militancia panista, para buscar alternativas para los problemas de la ciudadanía y trasmitir el modelo de gobierno que desarrolló en Puebla.

Hasta ahora en el PAN nadie lo ha nombrado o designado como el encargado de elaborar el proyecto de gobierno de cara a los comicios de 2018. Es una comisión que se ha autogestionado el propio Moreno Valle, quien se ha destacado por nunca estar cerca ni escuchar a la militancia del PAN. Por el contrario, a los panistas de Puebla los humilló, marginó y excluyó de los beneficios de su administración. El mandatario utiliza al partido como una franquicia, la cual se desecha cuando deja de ser rentable.

Ese activismo lo necesita Moreno Valle para estar vigente en la política nacional y no para ser candidato presidencial, pues se encuentra en el fondo de las preferencias de los panistas.

Y sobre todo requiere de ese activismo para cumplir los acuerdos que tiene con Los Pinos.

Para tener un pretexto que le permita recorrer el país y establecer –ante la militancia albiazul– que el mejor candidato a la presidencia de la República es Ricardo Anaya, el presidente del PAN, y no Margarita Zavala.

Al mismo tiempo, para lanzar una campaña negra contra Andrés Manuel López Obrador, a quien va buscar acusar todo el tiempo de querer llevar a México a una crisis política y económica similar a la de Venezuela.

Es decir, quiere debilitar a cualquiera de los dos políticos que hoy en día tienen todas las posibilidades de sacar al PRI de Los Pinos.

Dicho comportamiento es un plan muy perverso, que podría cuajar si nadie lo frena en el PAN.

Por ahora el gobernador de Puebla tiene a cuatro enemigos dentro del PAN: el ex presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita, la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Nava y el gobernador recientemente electo de Chihuahua, Javier Corral.

Se ignora si alguno de esos cuatro actores, o todos juntos, tendrán la capacidad de frenar al gobernador de Puebla y trasmitir, o mejor dicho advertir a la militancia panista lo que representa el activismo político de Moreno Valle.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/06/22/se-pone-en-evidencia-el-acuerdo-entre-los-pinos-y-moreno-valle/

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...