Fermín Alejandro García /Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

El anuncio de Rafael Moreno Valle Rosas de que intentará ser candidato presidencial en 2018 no debe tomarse en cuenta al pie de la letra, ya que el político poblano, por su muy baja popularidad, el alto grado de desconocimiento de su persona y la mala relación que guarda con diferentes corrientes panistas, no tiene la más mínima posibilidad de ser el próximo abanderado albiazul, pero sí se convertirá en un oligarca blanquiazul, en un personaje con un poder excesivo dentro de su partido. Será algo parecido a lo que Manlio Fabio Beltrones Rivera es en el PRI.

Moreno Valle buscará, sin ser candidato, convertirse en una figura clave en el proceso de sucesión presidencial de 2018. Su proyecto es volverse en algo así como el Manlio Fabio Beltrones del PAN.

Su fuerza, por ahora, radica en tres aspectos básicos:

El primero es que cuenta con una larga lista de legisladores, alcaldes y gobernadores de diferentes partes del país, de casi todos los partidos políticos, a los que ha ayudado con financiamiento y operación política a llegar al poder. Seguramente no todos recibieron el mismo grado de colaboración, pero tan solo en la Cámara de Diputados se contabiliza a casi 60 representantes sociales entre los beneficiados del morenovallismo.

Segundo: por la forma en que ganó la última elección de Puebla, que fue una combinación de una masiva compra de votos, el uso de propaganda negra intensiva y el control de las estructuras partidarias de los contrincantes al PAN, le permite ofrecer un modelo poderoso para ganar comicios en condiciones complicadas.

Y en tercer lugar: con la fuerza del dinero como principal motor persuasivo ha logrado sumar aliados al PAN, sin importar que sean personajes ajenos a la militancia y la doctrina del albiazul. En Puebla el Partido Acción Nacional gana elecciones desde hace seis años haciendo a un lado su declaración de principios, sin sus líderes tradicionales y haciendo uso de un pragmatismo descarado. De otra manera el albiazul no gana comicios, no solo en el estado sino a nivel nacional.

Entre estas alianzas no solamente se deben tomar en cuenta a los grupos de poder político, sino también a varios medios de comunicación nacionales que se han dedicado a apuntalar la imagen de Moreno Valle.

Por las características antes citadas, queda claro que quien logre en 2018 ser el candidato presidencial del PAN no podrá ser un aspirante fuerte si no tiene el respaldo de Moreno Valle.

O al revés, Moreno Valle tiene la suficiente fuerza como para frenar a un aspirante a ser candidato presidencial, o descarrilarlo una vez que sea postulado.

¿Por qué afirmar que Moreno Valle puede acabar siendo el Manlio Fabio Beltrones del PAN?

Manlio Fabio Beltrones Rivera fue gobernador de Sonora de 1991 a 1998, periodo en el cual jugó un papel clave para destapar a Ernesto Zedillo Ponce de León como candidato presidencial del PRI, en sustitución de Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fue asesinado en marzo de 1994.

Al concluir su mandato, Manlio Fabio Beltrones ha sido dos veces diputados federal, senador, líder de la CNOP y ahora presidente del PRI. Pero además, desde la elección de Zedillo ha jugado un papel relevante en el PRI en cada proceso de sucesión presidencial o en la renovación del Congreso de la Unión, así como de varias gubernaturas. Es un cacique, un oligarca del PRI, y ningún priista que quiera llegar a la presidencia de la República lo puede hacer sin el respaldo o la simpatía del sonorense. Es un político con exceso de poder, pero no es una persona carismática, no es un hombre de ideas y mucho menos de ideales democráticos. Por eso nunca ha podido aspirar a ser presidente de México.

Moreno Valle tiene una personalidad similar. No es alguien carismático, simpático, agradable, mediático. Por eso su popularidad no ha crecido. Tampoco es un hombre de ideas, ni de discusiones o debates. Una prueba de ello es que fuera de su odio hacia el ex gobernador Mario Marín Torres o su falsa campaña contra Donald Trump, no se le conoce ninguna crítica a algún político, a un proyecto de gobierno o política pública.

Una de las razones por la cual Moreno Valle no puede ser candidato presidencial es que no pasaría las pruebas de un escrutinio de su personalidad y de las acciones autoritarias de su gobierno. Las redes sociales, los jóvenes, la prensa y sus opositores lo aplastarían con facilidad.

En Puebla la oposición –en general– nunca pudo trasmitir al electorado la dimensión y la gravedad de los abusos del actual gobierno. Aparte el gobierno federal le brindó protección. Por esa razón Moreno Valle pudo ganar y vapulear a la candidata del PRI, Blanca Alcalá Ruiz, en laelección del 5 de junio.

Sin embargo ese modelo que le funcionó a nivel local, no le resultaría a Moreno Valle en el ámbito nacional, donde privan condiciones que no le son favorables.

Por eso sus posibilidades no son las de convertirse en candidato presidencial, sino de convertirse en un oligarca panista.

 

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/06/10/moreno-valle-aspira-a-ser-el-manlio-fabio-beltrones-del-pan/

 

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...