Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

 

En un hecho inédito en Puebla, en una misma reunión un dirigente de una central campesina es acusado de presuntos actos de corrupción, se le aplica los estatutos y se le destituye, para que después, ante un intento de rebelión del afectado, el grueso de sus representados deciden abandonarlo al dejarlo solo en el recinto del encuentro. Ese episodio ocurrió hace unos días y tuvo como protagonista central a Magdaleno Ríos Pérez, quien cayó como dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).

A Magdaleno Ríos se le recuerda porque en 2010 fue uno de los más furibundos seguidores de Rafael Moreno Valle Rosas en su calidad de candidato opositor a la gubernatura de Puebla.

Y porque a los seis meses de haber iniciado la actual administración estatal, el 23 de agosto de 2011, un nutrido grupo de campesinos, muchos de ellos pertenecientes a la UNTA, se encontraban protestando por un conflicto agrario en el predio Cieneguilla, de la ex Hacienda de Atlemaxac –propiedad de la familia priista Rivera– del municipio de Chignahuapan. Los labriegos fueron reprimidos y muchos de ellos detenidos sin orden de aprehensión. En ese desalojo por primera vez aparecieron las letales balas de goma que ha usado la Policía Estatal, lesionando gravemente a varios activistas.

Magdaleno Ríos se destacó en ese conflicto porque abandonó a los miembros de la UNTA, ya que no protestó por el desalojo; no defendió a los detenidos, pese a que varios de ellos eran personas de la tercera edad, y no se inconformó por los lesionados con las balas de goma, mismas que en 2014 se utilizaron en contra de pobladores de San Bernardino Chalchihuapan, donde la represión provocó la muerte del menor José Luis Tehuatlie Tamayo.

La luna de miel entre Magdaleno Ríos y el gobierno morenovallista se rompió en el primer año del actual sexenio, lo cual provocó que el primero desplegara agresivas protestas contra el Poder Ejecutivo. Sin embargo, antes y después de la ruptura con la administración estatal siempre hubo mucho enojo por la poca atención que el dirigente prestaba a los conflictos de sus representados.

El malestar contra Ríos Pérez creció tanto que el Comité Ejecutivo Nacional de la UNTA decidió convocar a una sesión de trabajo con los dirigentes estatales y regionales de la organización en el estado de Puebla. Dicho encuentro se acabó celebrando en el hotel Radisson, ubicado en el bulevar Hermanos Serdán, en donde previo al encuentro hubo un desayuno para todos los asistentes.

Durante la reunión se expusieron supuestos actos de fraudes cometidos por la dirigencia estatal de la UNTA contra agremiados de la propia central campesina, motivo por el cual ahí se leyó un resolutivo de la dirección nacional que proponía el cese de Magdaleno Ríos Pérez, quien al escuchar el veredicto gritó: “¡Estas son chingaderas!”

La relevancia del encuentro es que lo encabezó el líder nacional de la UNTA, Álvaro López Ríos, quien se acercó a Magdaleno Ríos y le pidió serenarse, no actuar con violencia, ya que había llevado a un grupo de 20 agitadores. Le dijo que tenía derecho a impugnar la resolución y exigir el inicio de una investigación.

Lejos de calmar sus ánimos, Ríos Pérez siguió actuando con agresividad verbal. Entonces Álvaro Ríos le dijo al todavía dirigente estatal que no iba a tolerar que frente a los líderes regionales de la UNTA se expresara de esa manera, que en todo caso saliera del salón a protestar y permitiera que continuara la sesión.

Magdaleno Ríos le respondió que él había pagado la renta del salón y el desayuno de todos los asistentes, que en todo caso se fuera Álvaro Ríos.

El dirigente nacional estuvo de acuerdo y se salió del recinto.

Para sorpresa de todos, de los 140 asistentes a la reunión, unos 120 optaron por levantarse y salirse del salón.

El dirigente estatal de la UNTA se quedó con 20 personas que no eran miembros de la UNTA, sino un grupo de agitadores que llevó para impedir su remoción.

Todos los líderes regionales se fueron al auditorio del hotel Radisson para acabar de sesionar y votar por unanimidad la destitución de Magdaleno Ríos. A su vez nombraron a Julio Padilla Trujano, como nuevo líder de la organización, quien también tiene ese mismo cargo en el estado de Morelos.

El líder de la UNTA acabó pagando caro su charrismo.

 

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/07/20/echan-a-magdaleno-rios-de-la-dirigencia-de-la-unta/

 

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...