Por Víctor Flores

En el pasado proceso electoral en Puebla, las abanderadas a la minigubernatura alegaron que el IEE no fue incluyente por no usar en sus promocionales la palabra “candidata”, pero ¿qué es lo que dice la lingüística al respecto?

De acuerdo con la Real Academia de la lengua Española (RAE), usar frases como “los ciudadanos y las ciudadanas” es innecesario desde el punto lingüístico, ya que en sustantivos que designen a seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino.

Sin embargo, algunos políticos indicaron que en la campaña política que recién concluyó en Puebla se dio un ejemplo de lenguaje sexista.

Al respecto, en una entrevista con Ángulo7, Tanya González Zavala, investigadora del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la FFYL de la BUAP, aseveró que la lengua se hereda y los hablantes son quienes generan las normas de la misma, por lo cual utilizar gobernador o gobernadora es viable mientras no se pierda el sentido de la comunicación.

Indicó que se trata de un sustantivo con flexivos de género para referirse a hombre o mujer, fenómeno que se presenta en política, comunidades y profesiones, principalmente. 

“El empleo de estos sustantivos en donde se define el sexo por medio de flexivos de género son viables si son comunicativos y si son económicos para poyar la comunicación; el hablante los va a emplear aun cuando la norma no lo dicte o dicte lo contrario, pues obedece al uso, y a través del tiempo se puede convertir en norma”, explicó.  

Indicó que, en la política, el expresidente de México, Vicente Fox Quezada, quien decía chiquillos y chiquillas, fue un referencial. 

 

Masculino, género incluyente en plural

Gonzales Zavala aseveró que, en el caso de “El gobernante y la gobernante” el sustantivo es de género común y se define según el artículo, pero cuando se alude a un grupo, como los excandidatos a la minigubernatura en el que había tres mujeres y dos hombres, aunque impere la presencia femenina, se debe de utilizar el masculino, ya que este es incluyente.

En el caso del femenino, sí es excluyente, pues connota las características propias de una mujer.  
“Por norma y para poner orden en la compresión de la lengua, cuando el mayor número de elementos en plural es masculino se emplea el masculino y si en ese conjunto el mayor es femenino se debe emplear el masculino”, argumentó. 

En encabezados como “Los candidatos a gobernador y gobernadora”, la también docente de la Facultad de Filosofía y Letras (FFYL) aseveró que es aceptable pues la palabra “candidatos” es incluyente.

 

En adjetivos no hay marca flexiva

Mencionó que los adjetivos no tienen marca flexiva de género, pues estos no se alteran según sea el caso, por ejemplo: “el gobernador es inteligente” y “la gobernadora es inteligente”, por lo que recordó que se trata de una categoría invariable

Agregó que palabras referentes a profesiones son “vulnerables” al cambio de género porque se trata de sustantivos, los cuales tienen mayor número de variantes. Refirió: “El abogado y la abogada, doctor y doctora; médico es neutral y para saber a quién se refería se apelaba al artículo que le antecede, pero en medicina tradicional dicen ‘la médica o el médico’ e incluso ‘el curandero y la curandera’ (…) el hablante lo hace para familiarizarse con los procesos lingüísticos”, detalló.

 

Hablantes colocan género para reafirmar de quién habla

En este sentido, la investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) añadió que la gente tiende a ponerle género masculino y femenino a las palabras para que no haya duda que se refiere a una mujer o a un hombre.

“Para referirse a una mujer mediadora de las personas se dice ‘la juez’ y no, ‘la jueza’ ya que el esfuerzo que realiza la persona o el hablante es mayor e intervienen aspectos fonéticos y fonológicos, por lo que es más fácil decir ‘la juez’”, argumentó.    

En el caso de los heterónimos, aseveró, son sustantivos que permiten identificar una misma relación de diferentes entes, tal es el caso de “yerno y nuera” o “dama y caballero” en los que se utilizan dos formas distintas para referir a las personas.

 

En algunos animales el adjetivo determina el sexo

En el caso de los animales se, se tiene que especificar con el adjetivo para referirse a su género, es decir al nombrar elefante se tiene que agregar elefante macho y elefante hembra, pues no se dice la jirafa y el jirafo.

“Lo curioso es que no se repite este patrón en perro porque hay perra, aquí si se determina el sexo en el sustantivo”, comentó.

En tanto, la catedrática compartió que su trabajo se enfoca al análisis del discurso etnoliterario, es decir, se centra en los personajes de los relatos de seres sobrenaturales en la región Puebla-Tlaxcala.

“Establezco una relación de la función de los personajes del mundo colonial, como la bruja, el diablo y la llorona con algunas funciones de los personajes del mundo prehispánico, por ejemplo, el diablo con Tezcatlipoca”, concluyó. 

 

Foto: Especial

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