Por Redacción

La lectura en voz alta de acervos de calidad a bebés los nutre de formas expresivas, narrativas, descriptivas y permite acercarles historias, lo cual contribuye a su desarrollo, señaló Alma Carrasco Altamirano, especialista en este tema.

La doctora en Educación aplicó el proyecto en el Circulo Infantil de la BUAP, durante el ciclo escolar 2014-2015, y observó en los infantes sus reacciones, así como el tipo de participación que tenían en sesiones de lectura, conducidas por adultos, durante 30 minutos una vez por semana.

Fueron cuatro las condiciones observadas en este proyecto: colecciones de libros de calidad para los bebés, entornos que cambian con la llegada de los libros, los adultos que leen para los bebés en voz alta y tiempo programado de lectura.

Estas cuatro condiciones se cumplieron en las situaciones de lectura diseñadas, para probar que es posible hacer de esta actividad algo cotidiano en los espacios de cuidado infantil, aseveró la también miembro de la mesa directiva del Consejo Puebla de Lectura.

Uno de los principales retos, dijo, es tener “acervos de calidad tanto informativos como de narración, que sean valorados por los propios infantes, es decir, si no llama la atención de un adulto, mucho menos atraerá el interés de un niño”, consideró la académica.

Informó que durante el proyecto se apreciaron dos momentos clave, primero, cuando los infantes ven al lector y siguen con la mirada su expresión conforme avanza la lectura; el segundo, cuando ellos toman la iniciativa de elegir algún material, para morderlo y conocerlo, y los mayores para intentar narrar la historia.

Los resultados de este proyecto concluyen que leer a los bebés es fundamental porque posibilita intercambios de lenguaje con los adultos, además ofrece a los pequeños contacto con discursos estructurados, que sin los libros difícilmente estarían presentes en sus vidas, puntualizó Carrasco Altamirano.

 

Foto: Especial

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