Por Gustavo Santín

“22 voces de resistencia, 22 distintas voces, 22 formas de decir: ¡No le temo al despido!” (voces de resistencia, https://www.youtube.com/watch?v=E797CQc6t0Y).

Con la dignidad en el rostro y con la firmeza en la voz, 22 maestros y maestras que laboran con niños y niñas de pueblos indígenas de las regiones más pobres de México levantan la voz y con energía señalan: “Tú, Aurelio Nuño, tu Enrique Peña, Ustedes que están, ahí, palabreando que los docentes no servimos ¡que nos correrán! Yo, les digo: no tengo ni una pisca de miedo que me despidan.

Se bien porqué estamos aquí donde estamos (en el planton). Veamos si ustedes saben en donde están. ¿Será cierto que saben cómo es nuestro México? Escuchen bien esta palabra y la palabra de los otros docentes. ¿Qué idioma es este que hablo? ¿Qué idioma es el que hablan los demás docentes? ¿Saben acaso ustedes, hablar dos o tres palabras? Yo les digo: si se aprenden dos o tres frases en mi idioma o en el idioma de los otros docente (que salen aquí). Entonces diremos que son dignos de ocupar ese lugar que ocupan.

Si no pudiesen: ¡no son idóneos! Como piensan despedirnos a nosotros que somos bilingües si ustedes no dominan ni siquiera uno de los muchos idiomas mexicanos. Por ello le digo: escuchen bien estos idiomas que hablamos. “Escúchenos bien”. Cuando dominen alguno entonces nos despiden.

El reto que lanzan los y las docentes bilingües que participan en el video que se transmite por “YouTube” no es facil.  Ya con anterioridad una simpatiquísima niña zapoteca había retado al titular del ejecutivo federal para que en caso de que no aprendiera su lengua, al resultar no idoneo, se retirara de la presidencia y que no corriera a sus maestros. Dueños de una cultura y valores que les son propios, los pueblos indígenas han sido permanentemente marginados de cualquier tipo de servicio, incluido el educativo y difícilmente, la tarea desempeñada por el gobierno pudiese ser considerada “idonea”.

La Dirección de Educación Indígena de la Secretaría de Educación Pública refiere (http://goo.gl/Tz2Cua) que en el ciclo escolar 2003-04 atendieron a un millón 195 639 niños y niñas, (56 541 alumnos y alumnas en educación inicial, 310 216 en preescolar, y 828 882 en primaria) a cargo de 53 042 maestros y maestras. Para 2010, el decimo tercer censo nacional de población y vivienda reportó el egreso de 119 839 alumnos y alumnas que cursaron estudios de educación primaria.

Para ese año, este nivel contaba con 33 511 docentes que laboraban en 10 043 escuelas primarias (http://goo.gl/8x6yC ), maestras y maestros especializados, bilingües, a muchos de los cuales, su patrón embozado (el gobierno federal) pretende correr del empleo por negarse a aceptar una reforma educativa que pretende imponerse rompiendo el hilo más delgado de la cadena: el personal docente.

Con una población cercana a los 7 millones de habitantes, los pueblos indígenas de México (“pueblos autóctonos del país, descendientes de las sociedades mesoamericanas.”), se asientan (http://goo.gl/Vr7Z4w) fundamentalmente en 10 entidades de la República Mexicana, cuatro de las que, coincidentemente, concentran la mayor resistencia a la reforma educativa y a la conculcación de los derechos laborales del personal docente al servicio del gobierno (Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán).

Los pueblos autóctonos hablan entre 56 y 62 lenguas oriundas, especifica “el Catálogo de las lenguas indígenas nacionales, registra 11 familias lingüísticas, 68 agrupaciones lingüísticas y 364 variantes lingüísticas” (http://goo.gl/Uw7zXl), de ahí que para brindar el servicio educativo a los niños y niñas que hablan cualesquiera de los idiomas o de alguna de sus variantes, se requiera personal docente altamente especializado que primero que  sea todo profesional de la educación, segundo, hable y enseñe perfectamente en el idioma requerido y tres, sea capaz de sacrificar su beneficio y su desarrollo personal al radicar en lugares marginados, sometidos a “injusticias ancestrales”, zonas condenadas a la pobreza y/o a la pobreza extrema, a la miseria y desnutrición, lugares en los que México no logró cumplir con ninguno de los compromisos del milenio (Objetivos de Desarrollo del Milenio) firmado por México a la vera de las Naciones Unidas, entre ellos el de abatir la pobreza, la desnutrición y lograr que todos los niños y niñas, en todos los lugares de país, concluyeran su instrucción primaria.

Planteada tardíamente en la década de los 70s,  el gobierno “declaró una política de participación de los grupos indígenas en la vida nacional con sus culturas e idiomas étnicos(Tendencias educativas en México, 1976-1988, Meneses y otros, editado por el CEE y UIA) que incluía que “la enseñanza escolar en los primeros grados de la primaria se haría en idioma vernáculo. … El español, como lengua secundaria, se introduciría cuando ya los alumnos supieran leer y escribir en su propia lengua”. Marginados, responsables en formar a sus alumnos y alumnas de manera bilingüe y bicultural, los treinta tres mil 511 maestros y maestras que desempeñan su labor en escuelas primarias ubicadas en zonas rurales en las que se asientan los pueblos autóctonos, no tienen miedo como lo declaran, para ser sustituidos por maestros imberbes recién egresados de las escuelas normales o de las universidades, poco dados al sacrificio que imponen una profesión que al desempeñarse en condiciones tan adversas, requiere verdaderamente de vocación.

Consientes y apreciados por el trabajo que desempeñan en escuelas en las que una de cada tres es de organización incompleta, multigrado (tienen que atender a niños y niñas de diferentes grados en un mismo salón de clase), gozan de la estima de los padres y las madres de familia, serán defendidos por vivir en su comunidad y dedicar su vida a la preparación de quienes son depositarios de culturas milenarias. Culturas que tienen aprecio por “la madre tierra”, por el entorno, por su forma de ser, de vivir y por sus tradiciones.

 

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...