Las cuestiones en materia de política educativa siguen de mal en peor. Parecía que los enfrentamientos entre autoridades, maestros y maestras de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) habían cesado, que las partes en conflicto se habían retirado para velar armas, reorganizarse y pasar a otra etapa de lucha en la que privaría el diálogo.

Sin embargo, para Aurelio Nuño Mayer parece que no es así, sigue empeñado en imponer su visión de las cosas. Medios de comunicación publican y transmiten la sentencia dictada desde la comodidad de una oficina en la calle de Argentina “los maestros que ayer fueron cesados en la Ciudad de México deben asumir las consecuencias de sus actos al dejar a los niños sin clases” (por asistir al plantón que la CNTE realizara en la Ciudadela).

En contraposición, el personal docente “cesado” con apoyo de madres y padres de familia imparte clases en calles frontales a dos planteles capitalinos. Líderes, compañeros y compañeras de infortunio expresan por medio de periódicos y redes sociales, su solidaridad con los afectados y exigen su pronta reinstalación. Terceros perjudicados por afectaciones viales rumian su desesperación en contra de las autoridades que por soberbia no asumen las consecuencias de sus actos.

Nuño insiste señalar que todo sigue de maravilla. Persiste en pronunciar que la Reforma Educativa se fortalece a pesar de la imposición de un proyecto que es ajeno a maestros y maestras y de los recortes presupuestales. Admite la “importancia de las lenguas indígenas” y el derecho de niñas y niños a ser instruidos en su propia idioma aunque esta “prerrogativa” se restrinja sólo a la instrucción preescolar y primaria primordialmente, que se imparte en escuelas comunitarias e indígenas a las que se destina personal docente que habla una lengua materna que difiere del uso de la de que se habla en la comunidad.

Un estado de las cosas que es agudizado por el recorte del presupuesto (ramo 11) del programa propuesto a promover la inclusión y la equidad educativa en un 37.7% y la disminución, en 1 858 pesos el importe al programa de educación inicial y básica comunitaria; que pasará de 4 mil 636 millones 408 mil 517 a 4 mil 636 millones 406 mil 659 pesos sin considerar la disminución real, causada por los efectos de una inflación anual cercana al 5%.

La visión de los críticos le es adversa. Mientras que Nuño festina que el “Programa de Escuelas al CIEN no tendrá ningún cambio”, la realidad es otra. Desdeña una pérdida del poder adquisitivo del dinero equivalente a por lo menos un 30%, producto de la devaluación que el peso mexicano tiene frente al dólar y el efecto que la inflación origina sobre los 50 mil millones de pesos que invertiría la administración de Enrique Peña Nieto, fruto de la venta de certificados para el financiamiento de la infraestructura educativa nacional.

En tanto, el programa de Reforma Educativa operado por la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP, orientado a disminuir “el rezago en las condiciones físicas de las escuelas y al fortalecimiento de la autonomía de gestión para mejorar la prestación del servicio educativo con calidad y equidad” , sufrió una merma presupuestal del 78.2%.

Lo anterior, independientemente de la discordia social que se origina en las escuelas entre padres y madres de familia por el manejo de los recursos. El Programa de infraestructura física educativa disminuye casi ocho millones de pesos, el 3.9% de los más 201 millones de pesos asignados en 2016.

La perspectiva de autoridades educativas locales y federales coincidirían con la de Aurelio Nuño, a diferencia de la que tendrían jefes de sector, directores de escuela, supervisores escolares, maestras y maestros que operan un sinnúmero de programas de la dependencia.

Mientras que los salarios y los gastos de representación de las autoridades educativas podrían tener un incremento sustantivo en la Ley de Presupuesto de Egresos de la Federación 2017 y mantenerlos satisfechos. El rubro Regulación y supervisión previsto en el ramo 11 del PPEF destinados al sector educativo, sufre un decremento del 9.7% (46 millones de pesos), cuestión que permitiría “suponer” la transferencia de costos de traslado y estancia al bolsillo de maestras y maestros que sufren alguna encomienda delegada por los titulares de la dependencia educativa.

Los gastos corrientes de las supervisiones escolares, lo mismo que de las jefaturas de sector, se cubren mediante aportaciones forzosas que realizan dueños de escuelas particulares y las “aportaciones voluntarias” de madres y padres de familia; quienes, adicionalmente, asumen el costo del mantenimiento de la infraestructura física, energía eléctrica y agua potable, internet, compra de equipo de cómputo y toda clase de lindezas.

La visión triunfalista que desde el poder asume Nuño seguramente estará acompañada por las expresiones de ¡vamos bien¡ que le externarían Treviño, Granados y otros de sus colaboradores de confianza; lo mismo que el beneplácito que le otorgan organismos internacionales. La propuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) por no cejar en el combate a la cultura clientelar e imponer una cultura del mérito y alinearse con los objetivos propuestos por esa organización, se enfrenta con miles de escuelas que se debaten en la miseria.

Alumnos y alumnas que acuden a la escuela sin probar alimento alguno, que asisten a planteles con carencia de luz, sin señal de teléfono y de internet, agua potable y drenaje, con pisos de tierra, paredes de madera, techos de lámina de asbesto o de palma.

Se enfrenta con un magisterio empeñado en defender los derechos laborales adquiridos, entre ellos el de obtener una plaza de base no sujeta a contratos temporales como prevén los nuevos ordenamientos laborales, dispuestos a la movilización social y a la solidaridad con otros grupos de trabajadores y trabajadoras vulnerables para la defensa de sus conquistas sociales.

Sin duda, visiones contrapuestas en las que permean concepciones de vida totalmente diferentes, que se enfrentan la defensa de la soberanía nacional versus la subordinación de los intereses del capital que domina al mundo globalizado. Ante el derrumbe de la reforma estructural más importante de las que emprendiera Peña Nieto, según Nuño Mayer, debería recodar que alabanza en voz propia es vituperio.

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