Las graves condiciones de refugiados en Nauru que ha denunciado AI. Foto: News.com.au

Las graves condiciones de refugiados en Nauru que ha denunciado AI. Foto: News.com.au

Las personas que buscan refugio en Australia y llegan por barco son enviadas a Nauru mientras su documentación continúa, en ese tiempo son concentradas en el Centro Regional de Tramitación lugar en el que carecen de servicios básicos.

En el Centro Regional, hay individuos de diversas nacionalidades mayoritariamente del área de Asia Pacífico así como las zonas de conflicto en África o Medio Oriente. Son empresas de capital privado las responsables de brindar los servicios al ser contratadas por el Departamento de Inmigración y Protección de Fronteras Australia.

El Centro Regional de la isla de Nauru alberga una población que no supera las 500 personas y surgió en 2001 ante una respuesta rápida frente a una oleada de solicitantes de asilo. En 2012 se firmó un convenio de colaboración en el que Australia se responsabilizó de pagar los costos que ascienden a 415 millones de dólares nacionales en 2015.

En la actualidad, es el espacio en el que hasta por un año viven las personas a quienes en la mayoría de las ocasiones se les reubica en un tercer país que no es Australia.

AI denuncia malas condiciones

De acuerdo con Amnistía Internacional (AI), los solicitantes sufren de hacinamiento, falta de agua y de servicios de salud. Las personas son concentradas en tiendas que no son resistentes a las condiciones atmosféricas.

Los pobladores también son víctimas de la criminalización de protestas y la restricción de redes sociales, tienen que someterse a toques de queda, no pueden hacer el uso de propios teléfonos y a los enfermos que necesitan de atención médica especializada, motivo por el cual son trasladados a Australia, se les prohíbe ser acompañados por sus familiares.

Según la organización Human Rights Watch, los empleados que laboran en los centros de Nauru pueden ser sometidos a juicio penal si informan respecto a las condiciones en las que viven los solicitantes de refugio.

Los gobiernos local y australiano han restringido frecuentemente la entrada de defensores de derechos humanos, visitadores de organismos internacionales y periodistas.

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