Juan Macedo Negrete, líder de la delegación D-III-6 y disidente de la sección XVIII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), “denuncia” ocurrencias que en materia educativa adopta Aurelio Nuño Mayer, encargado del despacho educativo de la administración de Enrique Peña Nieto. Calificó así, a los cambios de horario y del calendario escolar para las escuelas de educación básica.

Señalando que arrojaría anarquía en la operación del sistema educativo por falta de una supervisión escolar adecuada.

Igual calificativo merecerían otras medidas de coyuntura prohijadas ante críticas, tales como la falta de un modelo educativo coherente con la reforma educativa, anunciado para entrar en vigor al inicio del ciclo escolar 2017-2018, a tan sólo meses de concluir la presente administración; lo mismo que la sustitución del programa de inclusión digital tildado de “negocio redondo“, por @aprende 2.0, señalado como excluyente al aplicarse a sólo 3 mil escuelas.

Por ocurrencias también, convocan “prácticamente de último momento” a docentes de “primaria y secundaria” para que presenten la evaluación de permanencia, pese a los anuncios de suspensión (hasta noviembre de 2017) que habría realizado el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Sin estar sustentada en el Programa Sectorial de Educación 2013-2018, Nuño Mayer anunció la “Reconcentración de escuelas”, cuya finalidad sería trasladar “alumnos que asisten a cien mil escuelas pequeñas y dispersas a planteles de organización completa y con mejor infraestructura”, pretexto de formar “parte de acciones de inclusión y equidad” que adoptaría la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Otra ocurrencia contraria al compromiso de invertir “mayores recursos y esfuerzos donde más se requieren, entendiendo que el carácter compensatorio del quehacer público demanda mayor atención para la población más vulnerable” anunciada por Emilio Chuayffet Chemor en la presentación del PSE 201-2018. Nuño Mayer no discurre sobre distancias, orografía e incluso clima, diferencias culturales y enemistades entre lugareños de rancherías que, incluso siendo próximas, hablan diferentes lenguas y/o tienen conflictos históricos por linderos, tenencia de la tierra, uso de agua y profesión de religiones de diferente credo.

Las ocurrencias parecieran ser la tónica con la que se adoptan algunas decisiones de gobierno que rompen con las tradiciones diplomáticas de México. Se interviene en el proceso de elección de los Estados Unidos de Norteamérica y se invita a un precandidato presidencial que basa gran parte de su agenda electoral en insultos proferidos en contra de migrantes mexicanos y del pueblo de México, generando así críticas en contra del titular del Ejecutivo Federal y malestar en amplios sectores de la población.

Por otra, peregrina idea propone unirse en torno a las fuerzas armadas cuestionadas por violaciones a derechos humanos, pero su gabinete aprovechando la ocurrencia, llama a cerrar filas alrededor de la figura del presidente, con la intensión de reposicionar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) con miras a retener las posiciones que estarán en juego en 2017 y 2018, incluida la presidencial.

Empero, si el triunfo electoral de Donald Trump pareciera justificar el dislate presidencial por invitarle cuando fuese precandidato y por el llamado a la unidad en torno a una figura sumamente cuestionada, el nombramiento de Betsy DeVos -partidaria del bono educativo- en la cartera de educación de EE.UU, podría justificar la suposición de “estar en el camino correcto”.

Sin embargo, no sería Nuño Mayer quien iniciara una propuesta similar a la que postula él responsable de la cartera educativa que tiene como objetivo empoderar mediante el bono educativo –bono escolar- a los padres de familia, para favorecer la elección de escuelas.

En México, la jerarquía de la iglesia católica suspira porque madres y padres de familia elijan el tipo de educación que se impartiría a sus hijos aún en las escuelas públicas. Esgrime derechos humanos para que con cargo al erario se imparta educación religiosa en las instituciones educativas; propugna por eliminar la laicidad del artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y cuestiona por sí misma y por interpósita persona, contenidos de educación sexual en programas de estudio y en libros de texto gratuito: fomenta la formación de un movimiento cívico permanente (Frente Nacional por la Familia) a través de la Unión Nacional Cristiana por la Familia, grupo que haciendo eco de posturas de la iglesia católica se opone a los matrimonios igualitarios, el mismo caso para enseñanza de la educación sexual en las escuelas públicas y privadas.

Empero, las ocurrencias a la hora de instrumentar decisiones ajenas a la planeación institucional ocasionada por coyunturas políticas y financieras, parecieran atractivas para Nuño, quien sigue los postulados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) al pie de la letra.

No obstante tampoco sería él quien en primera instancia promoviera el bono educativo en México. Diversos autores achacan modalidades del bono educativo en México a medidas fiscales que reintegran, mediante la deducción del impuesto sobre la renta (2011), el gasto en colegiaturas que realicen particulares en la educación básica y media superior de sus hijos, medida altamente discriminatoria para la población de menores ingresos que no cuenta la capacidad para deducirlos.

¿A qué le tira Nuño cuando sueña y anuncia ocurrencias, si la reforma educativa aunque permanezca en el texto constitucional, ya caducó?

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

incendios forestales