Tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, este fue felicitado por la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, sin embargo eso propició la molestia de China que, de inmediato respondió con su cuerpo diplomático.
“Hemos transmitido una protesta solemne a la parte estadounidense correspondiente. Hay que insistir en el hecho de que sólo existe una China y que Taiwán es parte inalienable del territorio chino”.
Asimismo, la llamada ha generado que al interior del gobierno de los Estados Unidos se rectifique su política exterior, de acuerdo con el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca: “seguimos firmemente comprometidos con nuestra política de una China”, dicha oficina también ha expresado que Trump se encuentra consiente de la postura de Estados Unidos con respecto a Taiwán.
El gobierno chino considera a Taiwán como parte de su territorio, mientras que los taiwaneses se consideran independientes desde 1950, cuando el primero invadiera al otro.
Durante la guerra fría, Estados Unidos brindó su apoyo a Taiwán mientras que la Unión Soviética hizo lo mismo con China, pero a partir de 1979, el gobierno estadounidense únicamente reconoció al gobierno chino y retiró su apoyo al área taiwanesa.
Derivado de lo anterior, muchos países secundaron la iniciativa estadounidense así también lo ha hecho la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A la baja simpatía de Tsai Ing-wen
Tsai Ing-wen no ha ayudado a que la relación entre China y Taiwán mejore puesto que como miembro del Partido Democrático Proresista, asumió el cargo el pasado mes de mayo y apoya la idea de que su territorio no sea considerado parte de China.
Durante su discurso de toma de posesión dio a conocer que pretende disminuir la dependencia económica con el gobierno cuya capital se concentra en Beijing.
La líder pretende instalar una comisión que investigue sobre la violación a derechos humanos en el periodo que comprende la década de los 50 a los 80, período en el cual, las fuerzas militares respaldadas por los chinos, gobernaban el suelo taiwanés.
Sin embargo, la presidenta no goza de un respaldo total al interior de su país, sólo recibe el apoyo del 49.2 por ciento de la población, contrario a los niveles de aceptación que rebasaban incluso el 60 por ciento al inicio de su gestión, así lo demostró la encuesta de Taiwan Indicators Survey Research el pasado agosto de este año.
Escrito por Yoselin Ivette Gamez
