Llegó septiembre y estamos nuevamente en las fiestas patrias. 206 años después, las mexicanas y los mexicanos de hoy, tenemos la oportunidad de no repetir únicamente un festejo que sólo mira al pasado; sino a partir de ello, deliberar acerca de nuestro presente. “Conspirar” como lo hicieron los hombres y las mujeres de aquella época para retomar el rumbo de nuestro país. Para ello es necesario entender el contexto que se vivía y hacerlo a partir de la contribución de las y los estudiosos de este movimiento.

Una de ellas es la poblana oriunda de Atlixco, Alicia Tecuanhuey, autora de uno de estos textos que contribuye al estudio de este movimiento “desde las fuerzas políticas en Puebla, que actuaron dentro de la capital provincial y en la provincia.”

La Formación del Consenso por la Independencia. Lógica de la ruptura del Juramento. Puebla 1810-1821* se ocupa del caso de Puebla, desde el Grito de Dolores hasta la consumación de la Independencia bajo el liderazgo de Agustín de Iturbide. Es una pieza escrita desde lo regional de ese gran rompecabezas -como ella lo describe en 230 páginas- cuya dimensión rebasa los límites de Puebla y del Estado de mexicano, derivado de que las políticas militar y fiscal de la monarquía española, tendían a conformar un Estado-Nación unificado y potente a través de la sujeción a un vértice: La Corona de Castilla y Aragón.

Ella formuló la idea de que los ministros del Rey obraban como un “mal gobierno” lo que aunado a los efectos políticos que tuvieron las abdicaciones de Bayona de los reyes españoles en 1808, dieron lugar a una “verdadera crisis revolucionaria inesperada e inédita que abarcó a toda la monarquía española y que tuvo irradiación en los reinos peninsulares y en las posesiones americanas con desiguales ritmos.”

Este malestar, se expresa claramente, en la consigna de Hidalgo “¡Muera el Mal Gobierno!”, acompañada por la reivindicación americanista “¡Viva la Virgen de Guadalupe!” y la expresión fidelista “¡Viva Fernando VII!” Sostiene la autora que la lucha insurgente no derivó directamente en la consumación de la Independencia, ni ésta por sí misma logró allegarse de la mayoría de simpatías; hubo que encarar difíciles problemas y llegar a consensos de las élites; y justo esa era la coyuntura en la que se encontraba Puebla. Aunque en la víspera del Grito de Dolores, la “ciudad y la provincia parecían estar en calma y al margen de manifestaciones de inconformidad contra las autoridades de la tambaleante monarquía española.”

Un hecho significante permitió el consenso para la independencia. Narra la autora que días antes, el nuevo virrey Francisco Javier Venegas, pasó por la ciudad de Puebla y fue recibido por el obispo Manuel Ignacio González del Campillo y el intendente Manuel de Flon Conde de la Cadena, ésta reunión, entre los gobiernos espiritual y civil de nuestra provincia, reafirmó el leal apoyo y colaboración a la monarquía española, de esta manera se entiende la forma del cómo, los distintos núcleos de poblanos fueron formando parte de ese consenso favorable a la Independencia, aún cuando la población era “mayoritariamente fidelista y antiinsurgente” y también cómo, poco a poco, Puebla se fue desvinculando de la metrópoli española y enfrentando rupturas “revolucionarias en el nivel de las mentalidades y arriesgando procesos de integración social” que permitieron que abandonara la mayoritaria lealtad a la monarquía española y a los reyes de la dinastía borbona.

La autora nos relata el proceso que se siguió para llegar, después de diez años de discusiones de la opinión pública poblana y los diferentes pronunciamientos del Ayuntamiento Constitucional y la Junta Electoral, a mayo de 1820, cuando se da el consenso por la Independencia, y se formaliza el 21 de septiembre de 1821 la Diputación Provincial de la Puebla de los Ángeles, logrando que el gobierno espiritual en voz del obispo Pérez en su prédica, justificara “a la Independencia en términos de devolución de la libertad que le concedió la naturaleza” y señalara -en referencia a su consumación- que no derivó, más que de las “misericordias del Altísimo.”

Gran texto que presenta un amplio trabajo de investigación debidamente documentado, en el que podemos entender el contexto de este movimiento social en nuestra Puebla.

Hoy, las mexicanas y los mexicanos encaramos difíciles momentos, que requieren de entender los diversos movimientos que hemos enfrentado las generaciones de ayer y de hoy, en la construcción de nuestro país.

Hoy, como ayer, el objetivo es conformar un Estado-Nación unificado y potente.

En aquella época a través de la sujeción a un vértice: La Corona de Castilla y Aragón.

Hoy, por encima de nuestra pluralidad, a través de la sujeción a un Estado de derecho, de instituciones y democrático; analizando los pendientes que ni la Independencia, ni la Revolución lograron, “conspirando” y construyendo consensos favorables para construir una nueva agenda y redefinir el rumbo ante los nuevos y complejos retos que tenemos; aunque ahora no lo hagamos alrededor de una taza de “chocolate muy refinado” -gusto permanente de Don Miguel Hidalgo- como en aquella madrugada del 16 de septiembre en que Hidalgo rodeado de los conspiradores llevó a cabo las deliberaciones para decidir el plan a seguir.

*Tecuanhuey Alicia (2009) La Formación del Consenso por la Independencia. Lógica de la ruptura del Juramento. Puebla 1810-1821. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla.

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