En este cuarto año de trabajo del presidente Enrique Peña Nieto, la legislación para combatir la corrupción fue uno de los puntos positivos, pero el respeto a los derechos humanos y el desarrollo económico deben priorizarse en su agenda.
Así lo consideraron Maribel Flores Sánchez, Paulino Arellano Jiménez y José Ojeda Bustamante, politólogos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterey (Itesm), la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Universidad Iberoamericana campus Puebla, respectivamente.
En una entrevista para Ángulo 7, Flores Sánchez apuntó que uno de los logros en este periodo de trabajo fue la creación del Sistema Nacional Anticorrupción, así como la legislación en esta materia y en trasparencia, aunque fue la sociedad quien lo “empujó” a ello apoyado por el sector empresarial, algunas academias y organizaciones civiles.
Puntualizó que las propuestas se han venido dificultando por diversos factores y ejemplificó que en materia económica se cierra de manera complicada por el aumento de costo en la gasolina –que subió a 13.96 por litro para Magna y 14.81 para Premium — y el diésel –subió a 13.98–
Falta diálogo con CNTE
También indicó que hubo conflictos que continúan abiertos, como la falta de diálogo con la CNTE por la reforma educativa y que debilita el proyecto de Peña Nieto, pues refirió que la aplicación de esta reforma ha traído problemas con el sector empresarial.
Flores Sánchez aseveró que el principal reto en los últimos 2 años de Peña Nieto es la trasparencia y el combate a la corrupción, este último el más importante, porque se deben investigar a aquellos funcionarios que se vieron inmiscuidos en este tema.
Además, apuntó que se deben aplicar sanciones, pues en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, en 2014, aún no ha habido impartición de justicia ni resultados concretos.
Apuntó que la Cruzada Nacional Contra el Hambre intentó atender un problema social y fue un programa integral, pues se involucraron el sector privado y los tres niveles de gobierno, aunque con resultados insuficientes.
Por su parte, Paulino Arellano Jiménez, politólogo de la BUAP, aseguró que las reformas estructurales –educativa, energética, fiscal, entre otras– fueron fallidas porque han perjudicado a la sociedad y empresas, cuando los que sostienen al país son la clase media y la trabajadora.
Consideró que Peña Nieto y su gabinete deben de llevar a cabo mejoras en las reformas aplicadas, sin importar que se dé un paso atrás, pues lo importante es que se logren las metas a favor de los ciudadanos.
Economía no creció
Sostuvo que en este cuarto año de la administración de Enrique Peña Nieto la economía no creció, pues dijo que, aunque se trate de “maquillar” las cifras en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por la inversión extranjera, no se obtuvo el efecto multiplicador, ya que no generó más ganancias ni los empleos que requieren el país.
Comentó que su sexenio está “muy desgastado” por los errores cometidos a nivel personal e institucional, como los escándalos de la “Casa Blanca” en Lomas de Chapultepec, con valor de 7 millones de dólares, y con el que se involucró su esposa Angélica Rivera.
“Ya se están sacando los spots como estrategia mediática, anunciará sus logros cuando en realidad esto es una obligación de la autoridad, porque él se comprometió al aspirar a la silla presidencial, por lo que no es un triunfo”, apuntó.
Coincidió con Flores Sánchez en que hay “un défecit terrible” en respeto a los derechos humanos –de carácter social, laboral, ambiental– por parte de las autoridades, como el caso, hace 2 años, de la matanza en Tlatlaya a manos del Ejército.
Critican plagio de tesis
En tano, José Ojeda Bustamante, politólogo de la Ibero Puebla, mencionó que, en este cuarto año de gobierno, Peña Nieto se vio afectado por críticas por temas como el plagio en su tesis y el conflicto magisterial, lo que convirtió este cuarto año en “el peor”.
Resaltó que, aunque hubo avances en los programas sociales como Prospera, “simplemente no lucen” ni lograr atraer la percepción ciudadana, principalmente por el crecimiento de la inseguridad, el desempleo y la baja “tremenda” del peso ante el dólar.
Consideró que a Peña Nieto “le queda un año para remediar la situación de su administración” con resultados tangibles que le peguen al bolsillo ciudadano, además de fortalecer programas de desarrollo al campo y alejarse de lo mediático, porque en el sexto año, ya no podrá hacerlo.
