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Especialista de la BUAP va contra mito: yema de huevo no engorda. Foto: Especial

El huevo entero ayuda a controlar el peso en las dietas alimenticias, pues aporta 75 calorías (10 por ciento de lo que requiere el cuerpo) y contiene vitamina tipo B12, la cual ayuda al proceso de metabolización de las grasas en el cuerpo humano.

Así lo señaló Obdulia Vera López, investigadora del departamento bioquímico de la BUAP, quien agregó que con este reporte se está encontrando la bibliografía para eliminar el “mito” de que el huevo es “malo” y contiene “mucho” colesterol.

En una entrevista para Ángulo 7, indicó que el mexicano necesita en promedio de 2 mil 200 a 2 mil 500 calorías diarias y al aportar apenas el 10 por ciento, consideró, es adecuado ingerirlo una vez al día, pero no más de cinco veces por semana.

En este sentido, comentó que, si una persona tiene peso o sobreobesidad, y no lleva un plan alimenticio con el que se proponga la disminución de calorías y consume huevo no obtendrá un control de peso, porque los blanquillos enteros deben estar acompañados por una dieta de disminución de peso.

Destacó que el huevo es uno de los pocos alimentos que contiene vitamina D de forma natural –vitamina liposoluble— que se almacena en el tejido graso del cuerpo humano y es la que abona a la absorción del calcio en los huesos.

Huevo abona a función metabólica

“La yema tiene vitamina A, vitamina B, ácido fólico, zinc y magnesio que ayudan a que la función metabólica de las personas sea más rápida, por lo que el huevo se tiene que emplear en una las dietas”, comentó.

Añadió que el consumo de este producto disminuye la incidencia de enfermedades, como el Alzhairmen y la demencia en adultos mayores; y recomendó consumirlo hervido, asado o escalfado, más que el frito porque dijo que una cuchara de aceite lo eleva hasta las 200 0 250 calorías.

En tanto, descartó que las claras bajo tratamiento químicos para su envasado de tetrapak o deshidratadas tengan efectos secundarios, pero aclaró que no contienen los mismos nutrientes que la del huevo natural, pues este conserva más.

Recordó que este producto, en los últimos 25 años, se ha venido estigmatizando de forma negativa con ideas de que aumenta el colesterol y engorda a quienes lo consumen, siendo la yema “más dañina”.

Para disminuir el mito, ha consultado fuentes bibliográficas de artículos que van desde el 2002, 2003 y hasta 2013.