Jorge Rodríguez/A Puerta Cerrada/El Sol de Puebla
Blanca Alcalá Ruiz ha de haber reaccionado con sorpresa al enterarse del título de “líder moral del PRI” que le endosaron los dirigentes del partido en su reaparición pública después de la jornada electoral celebrada el domingo.
La derrotada ex candidata al gobierno del estado debe tener entre sus planes un largo periodo de descanso, que le permita olvidarse un poco de la tragedia sufrida frente a José Antonio Gali Fayad, antes que volver a entrometerse en los asuntos políticos de la entidad, pero ahora como ‘líder moral’ de un partido hecho trizas.
La expresión de los liderazgos priistas reunidos ayer en un restaurante del Centro Histórico parece más bien responder a la negación de los sucesos acontecidos el 5 de junio.
Tampoco debe extrañar que lo hagan, que algunos de ellos opten por mostrarse incrédulos ante el descalabro.
La jornada electoral aún no cumple una semana de haberse llevado a cabo.
Todavía es muy reciente.
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Si Rogelio Cerda Pérez sale a manifestar su apoyo a Jorge Estefan Chidiac para que permanezca al frente de la dirigencia estatal del PRI, ha de ser porque cuenta con el aval de Manlio Fabio Beltrones para que así sea.
Luego entonces, habrá que abandonar por ahora demandas como la de Juan Manuel Vega Rayet, que a las pocas horas de concretada la derrota dominguera ya tenía listos los instrumentos para proceder a la decapitación de su dirigente.
Estefan se quedará otro rato.
Quizá el mismo tiempo que le quede de vida a Manlio Fabio en el Comité Ejecutivo Nacional o un poco más, hasta que los siguientes aspirantes a gobernador presionen para forzar su relevo en los comienzos de la próxima sucesión.
Mientras, entre los cabizbajos integrantes del Comité Directivo Estatal se comenta que seguirá en su férreo papel de opositor al morenovallismo.
A ver cuánto dura.
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Cuentan que a las pocas horas de hacerse públicas las declaraciones del delegado de la Secretaría de Desarrollo Social, Juan Manuel Vega, en contra de Estefan, Juan Carlos Lastiri Quiroz habló con él para recriminarle el contenido de sus expresiones.
Al subsecretario de la Sedatu no le habrían preocupado los riesgos de fractura que rondarían al PRI ante ese tipo de manifestaciones, sino el hecho de que, cualquier punto de vista emanado de Vega Rayet podría ser interpretado como la postura oficial del grupo al que pertenece y que es comandado, ni más ni menos, que por Lastiri.
Por eso el funcionario federal llamó ese mismo día a la unidad en torno de los dirigentes del partido y se pronunció por un análisis que determine las causas y a los responsables de la derrota.
Es seguro que al subsecretario, aspirante a gobernador en 2018, no le favorece la permanencia de Estefan en el edificio de la Diagonal Defensores de la República, pero sabe que aún es temprano para motivar su salida.
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La cantada competencia del gobernador Rafael Moreno Valle por la candidatura del PAN a la presidencia de la República viene a profundizar todavía más la incertidumbre entre los colaboradores que lo han acompañado, unos más cerca que otros, en su paso por la administración estatal.
Una vez que Moreno Valle ha confirmado sus aspiraciones políticas, habrá que ver quiénes se van con él a la aventura presidencial, quiénes se integran al gabinete de José Antonio Gali a partir de febrero y quiénes continúan en el ayuntamiento de Puebla, con Luis Banck.
El grupo de operadores del mandatario tendrá que dividirse en tres frentes el año que viene, sin contar a quienes se desempeñan como legisladores federales o locales.
En espera de que eso ocurra, lo que sigue es saber cómo quedará conformado el equipo de transición de Gali.
Por ahí pasa primero la ruta crítica hacia el 2018.
Para mayor información:https://www.elsoldepuebla.com.mx/columna/12479-/secuelas-electorales
