Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

La tarde del martes 17 de mayo la cúpula priista de Puebla y la candidata Blanca Alcalá Ruiz se percataron de que el PRI nacional y el gobierno federal los dejaría abandonados a su suerte, o mejor dicho al control autoritario del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas. Ya que ese día el líder nacional del tricolor, Manlio Fabio Beltrones, les advirtió que no se permitiría la judicialización del proceso electoral en el estado si la diferencia de votos entre el primero y el segundo lugar, en la lucha por la gubernatura, se registraba por más de dos puntos porcentuales.

Se dice que las palabras clave en las expresiones de Manlio Fabio Beltrones fue: el gobierno federal no quiere confrontaciones innecesarias con Rafael Moreno Valle Rosas, y por tanto le comunicó a los priistas poblanos que no habría respaldo para un pleito poselectoral, según cuentan algunos testigos de la reunión en que se puntualizó esa condición.

Dicho antecedente plantea que al gobierno federal le interesó más mantener la alianza de facto que sostiene con Rafael Moreno Valle Rosas, que en ayudar a Blanca Alcalá y al PRI local a ganar la elección.

Por eso las constantes promesas de los operadores de Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación, de que habría ayuda financiera, de logística, de operación política, de manejo de medios de comunicación, de ayuda policiaca federal y del ejército para inhibir la compra de votos, así como la intervención de las estructuras de las delegaciones del gobierno federal, acabaron siendo solamente promesas, porque los ofrecimientos nunca se concretaron.

Y lo que es peor, nunca hubo del Comité Ejecutivo Nacional del PRI una posición enérgica para meter al orden a muchos grupos y operadores priistas que estuvieron colaborando, desde las sombras o abiertamente, a favor del PAN. El regaño público de Manlio Fabio Beltrones al ex gobernador Melquiades Morales Flores por su falta de lealtad al tricolor no surtió algún efecto positivo a favor de Blanca Alcalá.

Es decir a Blanca Alcalá le pasó lo mismo que a Enrique Agüera en 2013, cuando fue candidato del PRI a la alcaldía de Puebla, los acabaron engañando y abandonando desde Los Pinos, ya que nunca los ayudaron en su lucha electoral y eso se debió a que se antepuso el proteger la relación de Moreno Valle con el grupo político del presidente Enrique Peña Nieto.
¿Por qué Los Pinos procura a RMV?

A Los Pinos le interesa tener a Moreno Valle de aliado en dos objetivos claros:

Primero: tener al actual gobernador de Puebla como un actor de mucho peso dentro del PAN para que se oponga y debilite el proyecto de Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón, de ser candidata presidencial. Y de esa manera evitar que siga el crecimiento de la popularidad de la panista, quien actualmente disputa con Andrés Manuel López Obrador los dos primeros sitios en los sondeo que miden a los prospectos a contender en 2018.

Segundo: que Moreno Valle conforme una alianza entre panistas, perredistas, empresarios y organizaciones civiles para intentar frenar el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, quien se encuentra subiendo en las preferencias electorales en la misma proporción en que Enrique Peña Nieto cae en el ánimo de la gente por el fraude de sus reformas estructurales, que en nada aliviaron la complicada situación económica y social del país.

La guerra entre el matrimonio Calderón–Zavala con Moreno Valle ya está plenamente declarada, luego de que en Tlaxcala la ex pareja presidencial boicoteó la alianza del PAN con el PRD, como una manera de frenar el proyecto que había de Rafael Moreno Valle de construir una candidatura común que ayudara al Partido de la Revolución Democrática a ganar la elección de esa entidad.

El ex presidente Felipe Calderón Hinojosa se siente agraviado por el actuar de Moreno Valle, quien no le fue leal luego de que concluyó su periodo presidencial.

Al final, quien acabó pagando los mayores costos en el caso de Tlaxcala fue el matrimonio Calderón–Zavala, ya que su candidata Adriana Dávila apenas pudo rascar un tercer lugar en la contienda. En cambio la abanderada del morenovallismo, la perredista Lorena Cuéllar, está en el segundo sitio de la competencia por la gubernatura.

Respecto al activismo de Moreno Valle contra López Obrador, no es algo nuevo. En el año 2012 el grupo morenovallista echó mano de sus artes de mapachería electoral para tumbar los triunfos que candidatos lopezobradoristas habían obtenido en la contienda por las senadurías y las principales diputaciones federales de la entidad. Por cierto, quien se benefició de ese cochupo fue Blanca Alcalá, de quien se sabe había perdido la votación y al final la acabaron colocando como ganadora.

Ese mismo comportamiento de los morenovallistas se quiere asegurar para el año 2018, para que operen de la misma manera contra López Obrador en Puebla y otros estados del país.

El miedo que en Los Pinos le tienen al avance del político tabasqueño hace que los operadores de Peña Nieto hagan acuerdos con personajes como Moreno Valle, sin importar que vaya en detrimento de los priistas poblanos.

Y eso quedó constatado en la elección de este domingo.

Si hubiera existido una ayuda del gobierno federal tal vez no hubiera ganado Blanca Alcalá, pero tampoco hubiera sido tan vapuleada.

Sobre todo cuando se calcula que por lo menos, la mitad de los sufragios en contra del PRI fueron producto de la compra de votos.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/06/07/los-pinos-protegio-su-alianza-con-rmv-y-abandono-a-blanca-alcala/

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...