Por Eduardo García Anguiano
Existen fosas clandestinas, fosas oficiales y las “clandestinas oficiales” de Morelos. Pareciera otra de las historias del crimen organizado en México, similar a la del muladar de Cocula; las víctimas en Tetelcingo se acumulan y nuevamente tenemos la intervención de las instancias nacionales en otro caso de desaparecidos locales.
Si la opinión pública no ha ido a más en este caso, tal vez sea porque llaman más la atención los procesos electorales, no obstante, ya diversas autoridades nacionales competentes han puesto atención al caso, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, entre otras.
Víctimas del delito y desaparecidos se conjugan pero ahora en el marco de las actuaciones gubernamentales del estado de Morelos, valga la expresión: “Fosas clandestinas oficiales”.
El transcurso de los acontecimientos ha ido develando más información: el gobierno de Morelos omiso ante los hechos o involucrado, como lo revela el analista político Fernando Coronel, oriundo de esa entidad federativa. https://www.facebook.com/fernando.c.landa?fref=ts
Pareciera que se repite el caso guerrerense, en los estados gobernados por el PRD se suscitan las desapariciones en condiciones similares: autoridades omisas o vinculadas a grupos delictivos.
La Ley General de Víctimas es clara al respecto: Capítulo V, Del Derecho a la Verdad, Artículo 18.- Las víctimas y la sociedad en general tienen el derecho de conocer los hechos constitutivos del delito y de las violaciones a derechos humanos de que fueron objeto, la identidad de los responsables, las circunstancias que hayan propiciado su comisión, así como tener acceso a la justicia en condiciones de igualdad.
El ensayista Albert Camus expresó: “La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas”.
@EGAnguiano
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