Jorge Rodríguez Corona /A Puerta Cerrada /El Sol de Puebla

Una duda recorrió a los delegados federales después de confirmarse el arribo de Ana Isabel Allende Cano a la representación de la Secretaría de Gobernación federal, el lunes pasado.

Desde que trascendió su nombramiento en las primeras horas de ese día, los representantes del gobierno de Enrique Peña Nieto asentados en Puebla comenzaron a preguntarse vía WhatsApp y Telegram si la ex presidenta estatal del PRI asumiría la jefatura y coordinación de todos ellos, de la misma manera que en el pasado lo habían hecho Juan Molina Arévalo y Noé Rodríguez Roldán.

En unos cupo la prudencia pues solo expresaron el cuestionamiento en un legítimo intento por resolver el dilema, pero en otros no.

Esos que no fueron muy prudentes comenzaron a poner en duda las capacidades de la nueva delegada para tomar las riendas de la administración federal.

Por suerte para Allende, Juan Salgado Brito, director regional de la zona centro de delegaciones federales de la Segob y encargado de tomarle protesta, la nombró representante del gobierno de la República y coordinadora de las delegaciones federales en el estado.

Ahora, eso no significa que en automático se le vayan a disciplinar todos los servidores públicos.

Podría ser que algunos de ellos prefieran seguir cobijados bajo el manto protector de su verdadero jefe, el subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, y que otros quieran caminar alineados junto a la senadora con licencia y candidata del PRI al ‘mini’ gobierno del estado, Blanca Alcalá Ruiz.

Complejo escenario para la recién desempacada delegada.

 

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No descarte que a estas alturas del proceso electoral, cuanto todavía faltan 18 días para el arranque de la verdadera contienda, José Antonio Gali ya haya conseguido el respaldo político del ex presidente municipal Eduardo Rivera Pérez.

La aprobación de una de las dos cuentas públicas que el ex alcalde de Puebla tenía pendientes podría ser el principio del fin de la distancia que éste ha marcado con relación al candidato del PAN.

Ayer que la Comisión Inspectora por fin sacó a votación del pleno del Congreso la cuenta pública correspondiente a los primeros 45 días de 2014, los últimos de la administración de Eduardo Rivera, el ex presidente ya no manifestó su inconformidad a través de su cuenta en Twitter, como sí lo hizo en diciembre pasado, cuando los diputados solo le aprobaron el ejercicio de 2012… ¡tres años después!

Días antes de la salida de ‘Tony’ Gali del ayuntamiento de Puebla, los integrantes de su equipo de precampaña daban como un hecho la inmediata aprobación de las cuentas públicas de Eduardo Rivera, en un intento serio por establecer acuerdos con ese sector del panismo tradicional que aún se negaba (y se niega hasta hoy, al menos de manera pública) a respaldar la candidatura del edil con licencia.

Entre esos mismos colaboradores de Gali se decía ayer que lo ocurrido en el Congreso era un primer paso hacia la reconciliación y que más adelante se aprobará la cuenta de 2013, pendiente todavía.

Habrá que tomar con reservas el trascendido.

Pero si fuese cierto, serviría para explicar la ausencia de Rivera en Twitter, que ya no replicó el reclamo de diciembre.

Quizá el ex presidente opte por no levantarle la mano a Gali durante la contienda.

Aun así, mantenerse al margen sin hacer contra campaña, podría ser suficiente para ayudarle.

 

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¿Imagina al PRD como tercer lugar electoral en el estado, después del hundimiento en las preferencias que ha registrado en anteriores comicios (en los que ha ido solo), de la aparición de Morena como nueva alternativa de gobierno para los simpatizantes de izquierda y de la incursión de una o dos opciones de abanderados independientes?

Conseguirlo parece tarea imposible.

Sin embargo, cuentan que ése será el objetivo principal del Comité Ejecutivo Nacional del PRD y de su presidente, Agustín Basave Benítez, con la postulación de Roxana Luna Porquillo.

La suma de ‘mini’ partidos como Nueva Alianza y el Verde Ecologista a las coaliciones que encabezan PAN y PRI, por separado, podría servirle al PRD para lograr ese propósito, pero incluso así, se prevé complicado un escenario exitoso para un partido político que además padece pugnas internas.

Fuentes de la dirigencia nacional perredista afirman que Roxana Luna trae esa encomienda.

Y que, aunque cueste creerlo, la ex diputada federal no basará su estrategia discursiva en la confrontación con el gobernador Rafael Moreno Valle ni con Gali, sino en la exposición de propuestas e ideas para tratar de atraer a los sectores marginados.

Sí, el PRD aspira a hacerse del tercer lugar en la elección de ‘mini’ gobernador del 5 de junio.

Eso es lo que comentan allá en la capital del país.

 

Para mayor información:http://www.oem.com.mx/elsoldepuebla/notas/s1239.htm

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...