Por Jesús Manuel Hernández
Zacatecas y Tlaxcala han sido definidos para el PRD, por ende también para el PAN. En la primera entidad se afinaron los proyectos e irán en común; en el vecino estado, en cambio, cada uno irá por su parte.
Con ello la idea que la alianza, tan necesitada y promovida por el gobernador poblano, una estrella más en el firmamento de Televisa en la Noche Vieja, pudiera quedar en una de las líneas de la carta a los Santos Reyes, que por “haberse portado mal” no podría ser cumplida.
La idea se viene trabajando desde hace varias semanas, cuando Agustín Basave respondió en su cuenta personal de twitter a un seguidor, respecto a la alianza con el PAN en Puebla de forma negativa.
A partir de ello, los gestores nacionales del morenovallismo, encabezados por Luis Maldonado, a fin de cuentas el vicegobernador de Puebla, han venido intentando colar encuestas y afianzar polines de la desvencijada techumbre de Casa Puebla a fin de que la alianza acabe de darse y con ello hacer frente al PRI y los movimientos de izquierda.
Pero todo parece que va por mal camino.
El caso de Puebla habría estado condicionado a otros estados, donde el PRD tuviera prioridad en la alianza con candidatos propios, Tlaxcala fue un fracaso, luego entonces los expertos aseguran que la candidatura de Antonio Gali no será bendecida por los perredistas.
En cambio, la encuesta de Covarrubias y Asociados, incluyó a Beatriz Gutiérrez Müller en la lista de aspirantes por la candidatura de Puebla por parte de la izquierda, documento publicado por el periodista Rodolfo Ruiz en su entrega del 29 de diciembre pasado; y la sitúa con ventaja sobre Abraham Quiroz y Roxana Luna.
Por qué incluir a la esposa de López Obrador, es algo que a los panistas y priístas no les quedó claro en un primer momento, casi pensaron que se trataba de un comentario por el Día de los Santos Inocentes.
Pero no es así. Una corriente de izquierda viene impulsando la idea de que sea Beatriz quien encabece otra alianza, la de las izquierdas para poner freno al morenovallismo.
Imagínese usted, en la contienda de este año a Gali frente a Gutiérrez Müller, con todo el respaldo de MORENA y grupos afines, entre ellos, uno, tal vez el más importante en Puebla: el de los estudiantes, catedráticos y simpatizantes de la Ibero, de los jesuitas y todas sus ramificaciones en el interior del Estado, en los pueblos donde más autoritario ha sido el morenovallismo.
Y es que tal vez a Luis Maldonado y a Rafael les pasó desapercibida la cercanía de Basave con los jesuitas locales, esos que tanto han criticado el proceder del gobierno de Puebla en estos cinco años; esos, que han sido acusados con sus superiores por no alinearse a los intereses del gobernador; esos mismos a quienes los empresarios ex ibero han volteado la cara.
¡Qué lindura de escenario! La derecha apoyando a Moreno Valle y la izquierda retándole la sucesión de la mano de los jesuitas, en el año cuando el Papa Francisco visita México.
¿Le habrá comentado algo el gobernador a su candidato?
Es pregunta, o por lo menos así me lo parece.
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