Por Juan Carlos Lastiri
La COP21 se llevará a cabo del lunes 30 de noviembre al viernes 11 de diciembre, y dará inicio con un encuentro de líderes en el que participará el presidente Enrique Peña Nieto, junto con más de 150 Jefes de Estado y de Gobierno.
La Cooperación de las Partes (COP) es una iniciativa impulsada por la ONU para tratar temas relacionados al medio ambiente natural. Desde hace algunos años se ha venido documentando por la comunidad científica lo que se conoce como cambio climático, fenómeno que ha venido a incidir en la intensidad de algunos fenómenos naturales como los huracanes.
La importancia del crecimiento de este fenómeno es que, por lo regular, inciden de mayor manera en las personas de países en vías de desarrollo con alto grado de vulnerabilidad.
Se dice que el factor que más ha contribuido para este fenómeno del cambio climático son los llamados gases de efecto invernadero, mismos que en su mayoría se generan por el consumo de combustibles fósiles. Ante esto, uno de los principales resultados que se esperan de la COP21 es la adopción de un nuevo acuerdo internacional, vinculante, universal y de largo plazo para evitar que el aumento de la temperatura atmosférica global incremente los 2°C.
La idea es que este acuerdo entre en vigor en enero de 2020 con la participación de todos los países mediante acciones efectivas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como de adaptación al cambio climático. México participará en esta cumbre y está decidido a llamar a los países miembros a tomar medidas sustantivas para el combate al cambio climático.
El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano Alamán, ha dicho que México está listo para hacer frente al cambio climático: “contamos con el marco normativo, con las instituciones y con la voluntad del gobierno para demostrar que sí se puede crecer y reducir emisiones al mismo tiempo”.
Esto, basado en que nuestro país fue la primera nación en desarrollo que presentó sus compromisos o “contribuciones” para enfrentar este problema, los cuales consisten en reducir de manera no condicionada el 22 por ciento de los gases de efecto invernadero y el 51 por ciento de los contaminantes de vida corta, específicamente el carbono negro. Importante mencionar que estos porcentajes podrían incrementarse en un 36 por ciento y 70 por ciento, respectivamente, de contar más adelante con financiamiento internacional y transferencia de nuevas tecnologías.
Ante su condición de alta vulnerabilidad a los impactos del cambio climático, México fue el primer país en el mundo que puso sobre la mesa compromisos relativos a la adaptación, ya que hasta ahora todos los acuerdos se habían centrado en el tema de mitigación.
De hecho, el Gobierno de la República trabaja para incrementar la resiliencia de 320 municipios que se tienen identificados en esta condición de fragilidad; además, se está proponiendo implementar un sistema de alerta temprana que permita prever desastres.
En este sentido, otro de los compromisos de México es llegar a una tasa de deforestación del cero por ciento para el año 2030. Actualmente, la tasa ha bajado de 155 mil hectáreas para el periodo del 2005-2010, a 95 mil hectáreas para el 2010-2015. El gran objetivo y postura del Gobierno de la República es transitar a una economía baja en carbono.
En el 2013, por cada mil pesos que se generaban de Producto Interno Bruto (PIB) se emitían 40 kilogramos de bióxido de carbono (CO2), para el 2030 por esos mismos mil pesos se emitirán 24 kilogramos de CO2.
Nuestro país sigue cumpliendo con el entorno global y buscando ser líder con acciones como las mencionadas, el medio ambiente es global y por tanto se espera que estas acciones tengan un impacto positivo en la población más vulnerable del planeta.
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