Jorge Rodríguez / A Puerta Cerrada / El Sol dePuebla
Una de las más claras diferencias de competencia entre el PRI y el PAN (y sus partidos aliados), de cara a la sucesión de gobernador de 2016, se manifestó ayer con el anuncio del presidente municipal José Antonio Gali que estableció su salida del ayuntamiento de Puebla para el próximo 3 de marzo.
Ante los ojos de los eventuales electores, que irán a las urnas el domingo 5 de junio para definir un gobernador de 20 meses, ‘Tony’ Gali es ya, y desde hace un buen rato, el precandidato único y formal del morenovallismo para ir a la contienda del año entrante.
Al margen del natural desgaste que pueda generar el destape anticipado, bien trabajada, la exposición pública del virtual abanderado panista le dará una importante ventaja sobre el futuro candidato del PRI, que hasta el día de hoy permanece agazapado, sin nombre ni rostro, a la espera de que allá en el Comité Ejecutivo Nacional decidan dar el banderazo de salida.
Por eso es que algunos de los aspirantes tricolores pretendían convencer a sus dirigentes de la necesidad de definir al candidato en noviembre, a más tardar.
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