Por Patricia Chong 

En la BUAP, 79 prototipos concursan para obtener uno de los ocho financiamientos de hasta 20 mil pesos; en tanto, el rector Alfonso Esparza Ortiz aseguró que el Conacyt ha otorgado 700 mil pesos para estos proyectos de innovación. 

Lo anterior durante la inauguración de la segunda edición de los “Talleres de la innovación” y de la “Feria de prototipos” que se llevó a cabo en el centro de convenciones del Complejo Cultural Universitario (CCU) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).  

El rector reiteró que en lo que va del 2015, se han bajado recursos por casi 700 mil pesos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para impulsar proyectos dentro de la institución y adelantó que en octubre se realizará un congreso internacional sobre tecnología.

Por su parte, Pedro Hugo Hernández Tejeda, titular de la Dirección de Innovación y Transferencia del Conocimiento (Ditco), indicó que el año pasado se inscribieron 68 aspirantes y para esta edición del concurso, en su primera etapa, se presentaron 133 propuestas, de las que 80 recibieron 20 mil pesos para que en tres meses trabajaran en el diseño y puesta en marcha.

De las 80, 79 obtuvieron resultados idóneos, por lo que compiten en esta segunda etapa.

 

20 y 15 mil pesos a primeros lugares

Explicó que el premio se divide en cuatro categorías: aplicaciones (APPS), proyectos de impacto social, así como de base tecnológica alta e intermedia y agregó que este lunes se seleccionarán 15 finalistas.

El 15 de septiembre, se elegirán a los ocho ganadores, toda vez que los premios consistirán en 20 mil y 15 mil pesos para el primer y segundo lugar de cada categoría, respectivamente, además de una beca de la incubadora del CICE y la condonación del pago para los trámites de protección intelectual.  

Algunos de los proyectos que compiten son un bastón inteligente para invidentes que cuenta con sensores para evitar obstáculos y otra propuesta aprovecha las propiedades de la calabaza hedionda para elaborar productos farmacéuticos y de consumo.

Además, la elaboración de un robot que puede ser utilizado en escuelas primarias para enseñar teoría de robótica; otro, funge como encargado de rastrear víctimas en derrumbes, así como una mano robótica para aplicaciones médicas.

 

Foto: CICE

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