Por Juan Carlos Lastiri 

Esta semana se conmemoran 205 años de la independencia de México y muchos han sido los acontecimientos históricos en este lapso que han demostrado el valor que la libertad, proclamada en esa fecha, tiene para los mexicanos. 

Hoy observamos en el mundo diferentes escenarios de guerra, muerte y desolación, baste ver la tragedia que está sucediendo en territorios como Siria, donde, ante las guerras internas, la población busca salir a territorios europeos. 

Esto ha hecho que algunos países sean vistos como poco humanitarios, aunque debemos entender que eso que defienden de la migración masiva es precisamente su independencia y soberanía. Y si bien nuestro país no ha pasado por estos problemas tan complicados desde hace muchos años, debemos estar conscientes que hoy la estabilidad y la soberanía de un país no solo se puede quebrar por las armas, sino por factores como los que marca la economía mundial. Así es, tal parece que el nuevo enemigo para cualquier territorio es el fenómeno de la globalización. 

Todos hemos escuchado de esta nueva ola de irrupciones, en muchos países, de los grandes consorcios que tratan de imponer hasta estilos de vida sobre las culturas milenarias, como las que tenemos los mexicanos. 

También hemos escuchado de las inversiones extranjeras que son necesarias para impulsar el desarrollo en el país, aunque debemos de estar muy atentos para no permitir que nuestra independencia gire en torno a ellas. Recordemos que hace unos días, Brasil ha sido calificado como un país donde la inversión extranjera no es rentable, y esto dejara a este país sin inversiones importantes por un rato. 

Ante esto, es claro que hoy defender a nuestro país no implica cuestiones bélicas, sino tener los elementos que permitan hacer frente a los nuevos retos mundiales de contener las posibilidades de desarrollo para el bienestar de todos los mexicanos. 

El cambio de visión no es fácil para una sociedad como la mexicana que está en una etapa de transición, donde mucha gente tiene en mente los problemas de la llamada guerra fría. Pero hoy como país debemos apostar a los nuevos insumos del crecimiento económico, innovación, productividad y competitividad. Y estos no se logran de forma fortuita, pero siempre es un buen momento para impulsar el factor base de estos condicionantes del crecimiento actual, a saber el capital humano mismo que no se da más que con educación. 

Tal parece que, el Gobierno que encabeza el Presidente Peña ha entendido esto y por eso enmarca como la más grande de todas las reformas a la que se emprendió en el sector educativo. 

Trabajos de economistas como Romer (1986) y Lucas (1988)  han demostrado que el capital humano es uno de los importantes en el crecimiento económico.

Sin duda pasará algún tiempo para ver los resultados de esta apuesta al capital humano, pero si la experiencia y las observaciones empíricas no fallan, estamos en el mejor momento de hacer que nuestra independencia y soberanía continúen, honrando así a los héroes que nos dieron patria. 

La apuesta por la educación es la mejor apuesta por el futuro de un México próspero y de oportunidades, que la libertad de que gozamos debe permitirnos.

 

 

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7. 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...