Ismael “El Mayo” Zambada afirmó que su captura en Estados Unidos es resultado de un secuestro orquestado por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien le pidió acudir a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
Ante la declaración de Zambada, desde Baja California Sur, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió “actuar de manera prudente”, respaldó al mandatario de Sinaloa y consideró que es importante que “haya paz en Sinaloa”
La versión del cofundador del Cártel de Sinaloa es parte del comunicado que Frank Pérez, abogado de Zambada difundió en medios de comunicación de Estados Unidos.
En el documento, “El Mayo” afirma que no se entregó ni llegó voluntariamente a ese país, en el permanece bajo custodia judicial en Texas.
“Deseo decir desde el principio que no me entregué y no vine voluntariamente a los Estados Unidos. ni tenía ningún acuerdo con ninguno de los gobiernos. al contrario, fui secuestrado y traído a los Estados Unidos por la fuerza y en contra de mi voluntad”, inicia el comunicado.
En el texto, el narcotraficante refiere que el día del secuestro, acordó con el hijo de “El Chapo” acompañarlo a tener una reunión con Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuen Ojeda, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, asesinado hace 17 días.
“Estaba al tanto de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuen Ojeda (…) sobre quién debería dirigir esa institución. Me dijeron que además de Héctor Cuen y el gobernador Rocha Moya, en la reunión también estaría presente Iván Guzmán Salazar”.
Del encuentro pactado para el 25 de julio participarían ambos políticos, “El Mayo” relata que tuvo lugar en el rancho “Huertos del Pedregal”, a las afueras de Culiacán, donde vio a hombres armados con uniformes militares.
A la cita -narra- llegó acompañado de José Rosario Heras López, comandante de la policía judicial de Sinaloa, y Rodolfo Chairez, miembro de su equipo de seguridad; al ingresar al rancho, solo vio a Cuen Ojeda, de quien afirma fue asesinado en ese lugar y no en un presunto asalto como aseguran las autoridades de ese estado.
“En cuanto puse un pie dentro de aquella habitación, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me asaltó, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta. Durante todo este calvario, me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado. Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo.”
Tras narrar que su captura ocurrió en El Paso, Texas, Zambada pide a los gobiernos de Estados Unidos y de México a ser “transparentes” para informar con la verdad sobre su secuestro.
También pide que haya claridad sobre las muertes de Cuen Ojeda y de José Rosario Heras López y Rodofo Chairez.
Por último, llama a “los sinaloenses a la mesura y a mantener la paz en nuestro estado. Nada se resuelve con violencia, ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos”.