El presidente Andrés Manuel López Obrador, destacó durante la ceremonia por el 218 aniversario del natalicio de Benito Juárez García, que él expresidente aún gobierna con su ejemplo, pues, confesó, es su referencia y guía para gobernar.
Desde Guelatao, Oaxaca, durante el evento oficial por conmemoración del “Benemérito de las Américas”, el presidente recordó la vida y obra de Juárez García. Donde destacó su papel como político, pero, especialmente, por su labor para defender sus ideales y al pueblo de México.
En ese sentido, resaltó que fue en su gobierno que autorizó la concesión a la compañía inglesa constructora del ferrocarril México-Veracruz. Un año después de su muerte, en 1873, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, inauguró el primer tren de pasajeros en esta misma vía.
También destacó que durante la gestión de Juárez García se aprobó una ley para elaborar el primer censo general de población. Además construyó caminos y líneas telegráficas en varios puntos del país.
Muy pocos, cómo él, muy pocos individuos ha habido en el mundo que sean, como él, una combinación tan íntegra y armónica de dignidad y modestia; de visión histórica y entrega al servicio de sus compatriotas; de genio político y tesón perseverante para trascender por sobre las adversidades personales y los infortunios nacionales; nadie como él encarna con tal perfección la voluntad indoblegable del pueblo mexicano y su determinación de soberanía, de paz, progreso, bienestar, respeto a la ley y defensa de los principios.
Andrés Manuel López Obrador
Por ello, resaltó que en Juárez García tenemos la inspiración y las verdades esenciales que permiten sortear momentos difíciles.
Benito Juárez, desde AMLO
Durante este evento, López Obrador destacó varios momentos de la vida de Juárez García, como es el caso de su experiencia como servidor público, las iniciativas de reforma anticlerical y su muerte.
Recordó que Juárez García desde los 17 años comenzó a laborar como abogado, maestro, director, sindico, diputado, entre otros cargos públicos. Lo que le dio la experiencia suficiente para llegar a ser gobernador de Oaxaca y, posteriormente, presidente de la república.
También corrigió que, contrario a lo que se ha dicho del expresidente, él no era antirreligioso. Sino que fue anticlerical, pues, explicó, se opuso al poder económico de las autoridades religiosas que acaparaban riquezas a expensas del pueblo.
Finalmente, recordó su muerte en 1972, la cual llegó en Palacio Nacional meses después de ser reelecto por la vía democrática. Este hecho dejó a sus opositores “con las ganas de arrojar del poder a un gobernante legítimo a quien acusaban de abrigar inconfesables ambiciones dictatoriales”.
