La cuenca Libres-Oriental está sometida a una sobreexplotación y estrés hídrico por la instalación de industrias, granjas porcinas y agrícolas, parques solares, uso de cañones antigranizo y concesiones mineras, advirtieron ambientalistas.
Anabel Guerrero, integrante del colectivo Iglesias y Minería, alertó que esta cuenca en los últimos cuatro años ha pasado del lugar 35 al 22 en cuencas de riesgo a nivel nacional por la presencia de industria extractiva y proyectos de apropiación del agua.
Informó que con base en una investigación iniciada por habitantes en la zona detectaron 29 concesiones mineras, 100 granjas de cerdos, una industria cervecera y fábricas del sector automotriz, las cuales han mermado las fuentes de abastecimiento de agua.
Refirió que la cuenca se encuentra en una crisis desde el año 2021, lo cual representa un riesgo ambiental y desde hace unos meses se ha catalogado junto con la cuenca de Chalchicomusla como las dos de mayor sobre explotación del estado de Puebla.
Ambientalistas e investigadores de #Puebla alertan que la cuenca Libres-Oriental ha pasado en los últimos cuatro años del lugar 35 al 22 en cuestas de riesgo a nivel nacional debido a la sobre explotación y estrés hídrico por parte de empresas que operan en la región
— Ángulo7 Noticias (@angulosiete) April 25, 2024
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Libres-Oriental con crisis alimentaria también
Asimismo, comentó que se ha generado una crisis alimentaria fuerte por más de siete años, ya que ha bajado la producción de cultivos en la región Libres-Oriental.
La ambientalista señaló que si las autoridades no ponen atención a esta crisis hídrica se generará una disputa entre las industrias instaladas y las comunidades, en estas últimas donde ni siquiera tienen pozos de agua.
Anabel Guerrero denunció que, a pesar de que está prohibido por ley el uso de cañones antigranizo, empresas del sector automotriz, entre ellas Audi; la cervecera Heineken, granjas como Carroll y haciendas, los utilizan para inhibir las lluvias.
Lo anterior, sentenció, perjudica a los campesinos y la recarga de los mantos acuíferos de la cuenca, por lo que si no se atiende el tema por las autoridades se corre el riesgo de perderla entre el 2030 y 2050.
La investigación respaldada por el movimiento “Manos unidas por una cuenca libre” también sumó a las organizaciones Red Eclesial Ecológica Mesoamericana, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario y Centro de Estudios Ecuménicos.
