El gobierno de Ecuador iniciará con la deportación de al menos mil 500 presos de origen extranjero; las autoridades prevén iniciar los traslados con ciudadanos de Colombia, Perú y Venezuela que permanecen en reclusión.
La medida fue anunciada por el presidente Daniel Noboa, quien señaló que el 90 por ciento de la población de las cárceles ecuatorianas corresponde a personas provenientes de otros países de Sudamérica.
La decisión de Noboa ocurre en medio de la crisis de seguridad que enfrenta Ecuador y que ha generado motines en diferentes cárceles, la toma y posterior liberación del canal TC por parte de un grupo de hombre armados y el asesinato de policías.
Ante estas condiciones, el presidente de Ecuador declaró que el país está en un “estado de guerra” y afirmó que no piensa negociar ni ceder ante los grupos delictivos.
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Mientras el presidente Noboa plantea reducir el hacinamiento de las prisiones con el traslado de reclusos provenientes de otros países, el Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI) a personas privadas de la libertad, informó que 178 trabajadores de prisiones fueron tomados como rehenes.
De los trabajadores retenidos, 158 son guardias carcelarios y 20 funcionarios administrativos que tienen como centros de trabajo las cárceles de Machala, Loja, Cuenca y Azogues, ubicadas al sur el país; en los reclusorios localizados en las ciudades Latacunga y Ambato, en el centro, y en la ciudad de Esmeraldas, al norte de Ecuador.
