El atentado en Irán durante el 3 de enero dejó 84 personas muertas y 284 heridos, resultado de dos explosiones cerca de un cementerio en Kermán, durante la ceremonia para conmemorar el cuarto aniversario del asesinato del general Qasem Soleimani.
Este jueves 4 de enero, el Estado Islámico asumió la responsabilidad de los hechos, mediante un comunicado en Telegrama donde señalan que los “politeístas deben saber que los yihadistas están detrás suyo y de sus proyectos”.
Detallaron que el ataque fue perpetrado por dos de sus miembros quienes luego de dirigirse a la concentración de personas, “hicieron detonar sus cinturones explosivos”.
Medios locales informaron que la primera explosión ocurrió a unos 700 metros del cementerio Jardín de los Mártires, en la mezquita Saheb al-Zaman; mientras que el segundo ataque ocurrió 15 minutos después, a un kilómetro del cementerio.
Estados Unidos, Israel e ISIS
Por su parte, autoridades de Irán, luego de acusar a Estados Unidos e Israel por el ataque, reforzaron las fronteras con Pakistán y Afganistán y advirtieron que los atacantes serán identificados y llevados ante la justicia por las fuerzas de seguridad e inteligencia.
Aunque Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, descartó que Estados Unidos estuviera implicado en este ataque; Mohammad Jamshidi, adjunto de asuntos políticos de Irán, escribió en sus redes sociales que “la responsabilidad de este crimen recae en los regímenes estadounidense y sionista (Israel) y el terrorismo es sólo una herramienta”.
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Soleimani, fue asesinado en Bagdad por un ataque con drones ordenado por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Es reconocido en Irán por su lucha contra el Estado Islámico y su participación en la guerra civil siria; por lo que fue considerado como terrorista por Estados Unidos e Israel desde 2011.