El pasado domingo el PAN Puebla (por fin y después de tantas acusaciones que nunca demostraron) presentó el análisis sobre el pasado proceso electoral. Las principales conclusiones fueron que la alianza con el PRI y la candidatura de Xóchitl Gálvez provocaron la derrota.
Lo anterior fue avalado por el consejo estatal del Partido Acción Nacional (PAN), el cual tiene que presidenta a Augusta Díaz de Rivera Hernández. En esta reunión, celebrada en el hotel Holiday Inn, también se resaltó el papel que tuvo Eduardo Rivera Pérez como candidato a la gubernatura.
Claro, también se destacó a los demás candidatos, pero solo como eso como “los demás candidatos”. Solo salió a relucir el nombre del exalcalde de Puebla capital, así sin más.
Díaz de Rivera Hernández reconoció que hay poblanos inconformes con los resultados, por lo que las acciones que salieron en el consejo serán dignificarlos.
“Debo una disculpa a los miles de panistas que invirtieron sus esperanzas y sueños en este esfuerzo. Sin embargo, es en estos momentos donde debemos demostrar que en Acción Nacional hay dignidad, ética de la responsabilidad y un compromiso firme con nuestros principios”, recalcó.
No obstante, nunca se llegó al fondo de la cuestión interna: si hacía falta una reorganización, tocar los pormenores para la renovación (si es que fuera lo prioritario). No. De nueva cuenta todo son cuestiones externas y que no hay nada que cuestionar internamente.
Otra cuestión importante es la falta de lealtad en las conclusiones que respaldaron. Bien dice el dicho: no morderás la mano que te da de comer. Sin embargo, de pronto a la dirigencia se le olvidó que Xóchitl Gálvez Ruiz recién tuvo una reunión privada con ellos, donde entre líneas, trataron de posicionar a Rivera Pérez para la próxima dirigencia.