Las palabras que encabezan esta colaboración fueron algunas de las que dijo la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo después de su primera reunión como presidenta virtual electa con el presidente Andrés Manuel López Obrador, aquel 10 de junio de 2024. Pero, ¿a qué tipos de sopa jitomate y guiso de pescado se refería? ¿Qué comen los presidentes, en específico, la Dra. Sheinbaum? ¿Quién prepara sus alimentos? ¿Sabe cocinar? ¿Cuáles son sus gustos culinarios que forman parte de sus orígenes?
Para una persona que creció en la ciudad de Tijuana, como quien escribe este texto, y que bajo las añoranzas de una madre por la cocina poblana familiar -que se comía de vez en cuando-. Aprendí también a disfrutar de las variadas comidas asiáticas, de los pescados y mariscos del Pacífico, también de la comida un tanto “engordativa” que ofrece la frontera con los Estados Unidos. Al cabo de los años quien esto escribe retornaría con su familia a la ciudad de Puebla y se convertiría en una apasionada de las distintas cocinas tradicionales que tiene México.
Hacer una reflexión sobre lo que comen los presidentes me invita a detenerme en sus memorias gastronómicas, en este caso me refiero a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
Independientemente de la posición política que se guarde, lo cierto es que por primera vez en México tendremos a una mujer como presidenta de México. De la Dra. Sheinbaum Pardo destacan sus antecedentes judíos, asquenazi de Lituania por parte de sus abuelos paternos y sefardís búlgaro por parte de la madre. Aunque la influencia judía sefardí en la cocina poblano mexicana es parte de un proyecto de investigación que vengo trabajando, lo cierto es que me he encontrado con comentarios peyorativos sobre los precedentes judíos de la Dra. Sheinbaum Pardo, y la desinformación que pudiera tener la presidenta electa sobre la cocina mexicana.
Al haber nacido, la Dra. Sheinbaum y su madre en la Ciudad de México y su padre en Guadalajara, todos hubieron de hacer vida cotidiana en la capital al estudiar en universidades públicas como la UNAM. Bajo este panorama, es indudable que la cocina que denominamos, “popular mexicana”, debió estar presente en sus vidas. Quienes hemos estudiado en universidades públicas nos enfrentamos a comer lo que está a nuestro alcance, nunca faltan las gorditas, tamales, atoles, fruta fresca con chile, tortas compuestas y demás para lo que den las pocas monedas en la bolsa. Hemos visto a la Dra. Sheinbaum en sus recorridos políticos, disfrutar de tacos al pastor o tacos de canasta, de una buena cecina de Yecapixtla y de raspados de mango con chile, lo que saca a relucir su gusto por la cocina tradicional.
Pero, lo he dicho en otras ocasiones, la cocina en México tiene influencia judía sefardí, y por vía de los mismos españoles que arribaron a estas tierras. Así que, no es de extrañar que unas buenas albóndigas, escabeches y buñuelos que hemos integrado a una identidad culinaria mexicana, también formen parte de la cultura alimentaria judío sefardí, de la cocina árabe, de la española que se fue formado con la suma de culturas habidas en la península ibérica, y luego de lo que sería el mestizaje culinario que se dio en las tierras conquistadas, claro que en esto se suman los distintos tipos de carne, chiles, cereales y demás ingredientes. Esto no quita ciertas tradiciones judías exclusivas, no obstante, este México está permeado de influencias gastronómicas, sin por esto destacar ciertas tradiciones en su cocina y la destacada presencia de la mujer en la cocina a lo largo de la historia de México.
He podido apreciar la preocupación de la Dra. Sheinbaum sobre las mujeres, algo que, dentro de varios temas, es particularmente interesante de su programa social. Me refiero concretamente al apoyo a las mujeres que se encuentran en una edad de entre los 60 y 64 años de edad, previo al apoyo para personas de la tercera edad.
Sobre esto, me surgen preguntas referentes al por qué centrarse en la mujer, cómo afectan las orígenes y formación de la Dra. Claudia referente al tema de la mujer. Algunas de estas cuestiones, la misma presidenta electa lo respondió en su discurso de aquel 10 de junio al decir, según sus palabras -de Sheinbaum-:
“¿Quiénes somos las que, principalmente, aunque no debiera ser así, las que cuidamos de los hijos? Las mujeres.” “¿Quiénes somos las que, siempre mantenemos el hogar unido? Las mujeres.” “¿Quiénes somos las que hemos (sic), garantizamos siempre la comida sobre la mesa?” “Y, ¿quién reconoce este trabajo?” “Nadie.”
Claudia Sheinbaum Pardo
Ahora tenemos a una mujer presidenta, “por primera vez se va a reconocer el trabajo de la mujer mexicana”, aunque, sostiene Claudia, “siempre tiene que compartirse el trabajo en el hogar.”
Guiño el ojo frente a estas declaraciones. Y, no olvidemos que la cocina en México, como en muchas otras culturas, es el resultado de una suma de tradiciones. Tampoco echemos de menos la presencia de la mujer en la cocina de casa, en esa que te envuelve, que te acaricia y te remite al hogar, sin por esto distinguir a los grandes cocineros hombres y mujeres.
Por cierto, ya se acercan los chiles en nogada y habrá que prepararlos…
¡Vamos pues a cocinar!
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