El Barrio de Los Sapos ha sido un símbolo de historia y turismo para Puebla, sin embargo, se encuentra en riesgo ante las bajas ventas tras la pandemia del Covid-19, pues los comerciantes no han podido recuperarse, por lo que temen por su economía pues las ventas bajaron hasta un 80 por ciento.
En un recorrido realizado por Ángulo 7 y en entrevista con los líderes de los comercios señalaron que las ventas bajaron de forma considerable afectando sus bolsillos, asimismo esto no fue solo en la parte económica, sino también moral, pues también alrededor de 12 comerciantes fallecieron durante la pandemia del Sars-Cov-2.
Carlos Tabales Melgarejo, presidente de La Unión de Vendedores ‘Adolfo López Mateos’, comentó que el aislamiento de la pandemia fue uno de los momentos más amargos que han vivido los comerciantes de Los Sapos, pues desde entonces no han podido recuperar sus ventas, al contrario, van a la baja.
Destacó que realmente acuden a vender sus antigüedades por puro amor al arte y van con la esperanza de poder sacar algo y no regresar con las manos vacías a sus hogares, sin embargo, eso es cada vez más difícil, pues la gente ya no quiere comprar antigüedades, solo va a ver.
“Son las inclemencias de la vida y del tiempo, así pasa y suele suceder y llevamos a cabo el amor que le tenemos a lo que nos ha dado en un tiempo algo redituable y como todo negocio a veces nos va muy bien o a veces nos va muy mal”, destacó en entrevista.
Si bien, aunque la situación no es fácil el líder comercial, señala que esto los ha fortalecido en cuanto a la forma de vender en el Barrio de Los Sapos, pues mantienen las esperanzas y salen cada fin de semana a ofrecer sus artículos.
“La situación es crítica es difícil, no hay dinero esa es la palabra correcta, porque si hubiera dinero pues estuviéramos como en otros tiempos que venía mucha gente y gastaba, hoy viene la gente y nada más nos viene a ver, muy poca la que nos compra, pero así es esto, la forma de trabajo que tenemos hemos ido fortalecido, no dejando de estar es lo importante como lo hacemos sábados y domingos”, destacó.
Turistas y poblanos ya no compran antigüedades
Por su parte, Javier Nava Santaella, comerciante ‘chacharero’ de Los Sapos señaló que el público al que se dirigen es bastante difícil, pues son cosas de arte y antigüedades, mismos que no son necesarios para la vida de una persona, simplemente decorativos.
Por lo cual, estos artículos que se ofrecen tienen una mala plusvalía, pues ahora prefieren cosas más modernas a las que ellos venden, sin embargo, buscan la forma de llamar la atención de sus clientes con materiales resistentes y de época; victoriano, juarista, porfiriano, entre otras.
“Nosotros lo que vendemos es historia, mucha historia la encontramos tirada porque a la gente desgraciadamente no les gusta. Yo he llegado a casas donde las personas dicen ‘esas porquerías no las quiero’ y sin embargo cuando ya las ven arregladas en buenas condiciones las vuelven a comprar”, comentó.
‘Preguntón, mirón y tentón’, así es como han llamado a quienes únicamente se dedican a recorrer este tipo de comercios en Los Sapos sin comprar, pues señaló que hay gente abusiva que aprovecha la distracción de las personas y roba parte de la mercancía que se encuentra en los puestos.
En sus 37 años como comerciante, señaló que quienes asisten a este barrio, no han apreciado la historia y el trabajo que les ha costado el conseguir reliquias, pues como ‘chacharero’ se dedican a buscar artículos de alto valor para darles una segunda oportunidad.
“Viene mucha gente a vernos, pero más que nada a ver, a tocar, a ofrecer, no hay capital en el país, en el estado, no hay forma de cómo frenar esto. Nosotros nos ponemos desde las siete de la mañana los sábados y domingos terminamos a las seis de la tarde cansados y sin venta”, puntualizó.
Alrededor del 70 por ciento de comerciantes son de la tercera edad
El Barrio de Los Sapos se le ha dado la oportunidad a más de 200 comerciantes que se instalan cada fin de semana en la zona a vender, sin embargo, también se les da la oportunidad a jóvenes para ofrecer artículos más modernos, lo que acaba de una manera con la línea de lo que es este barrio.
En esta cantidad, alrededor del 30 por ciento son entre madres solteras y jóvenes que buscan ganar un ingreso extra con sus emprendimientos, pues en el barrio se les abren las puertas para poder ofrecer artículos de belleza, postres, comics, entre otros.
“Vienen a ver qué pueden hacer, les abrimos la puerta a todos cuando se puede, porque claro le damos la prioridad que ya tiene tiempo, pero a los de mayor edad que ya es muy difícil que consiga trabajo fijo o estable, con esto se vienen ayudar a veces”, indicó Carlos Tabales, líder de comerciantes.
Porfirio Cabrera Aguilar presidente de la asociación de antigüedades y manualidades de Los Sapos señaló que hay gente de hasta 80 años que se mantiene vendiendo sus artesanías en el lugar, por lo que prevalece la cantidad de adultos mayores en este barrio.
