La Ibero Puebla exhortó a los ciudadanos a atender la crisis socioambiental, pues recordó que “El consumo, que termina en contaminación, está relacionado con la cultura del descarte y está afectando la salud”.
“Todos contribuimos al deterioro por los hábitos de consumo que tenemos. La desigualdad se ve en el impacto de CO2”, así lo señaló el catedrático de la universidad Iberoamericana, Miguel Ángel Corona.
Esto luego de que la Universidad Jesuita incorpora dentro de su agenda de incidencia social las acciones sustantivas para el cuidado de la casa común en concordancia con lo promovido desde el Vaticano.
Laudato Si’ (2015) es la primera encíclica papal que ha abordado asuntos ambientales. En sus páginas, el papa Francisco hace un llamado al cuidado de la casa común frente a la crisis climática a nivel mundial. El texto motivó el lanzamiento de la Plataforma de Acción Laudato Si’, misma que invita a las universidades a tomar acción frente al cambio climático.
Acciones del día a día
El catedrático enfatizó que las acciones del día a día contribuyen a generar condiciones de desigualdad y a desgastar la naturaleza. “Limitar nuestro consumo es la parte más importante porque implica disminuir los niveles de producción, pero también es la más difícil”. Más allá del origen del documento, el cuidado de la casa común, cerró, nos incumbe a todos.
Por ello, la Ibero Puebla ha atendido esta convocatoria a través de áreas como el Departamento de Ciencias Sociales y el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA). Recientemente, Miguel Ángel Corona Jiménez evidenció aspectos del contexto internacional que deben ser atendidos de forma inmediata.
Indicó que la cara oculta de la globalización alberga las diversas problemáticas que sufren quienes quedan a las faldas del progreso: inseguridad alimentaria, corrupción, impunidad, violencias estructurales y migraciones forzadas.
A decir del catedrático de la Ibero Puebla, el mundo es un sube y baja. Por un lado, en 2021 hubo un incremento en las concentraciones de gases de efecto invernadero, nivel del mar, contenido calorífico y acidificación de los océanos. Por otro lado, las secuelas de la pandemia, el aumento de las desigualdades y el alza de precios de la energía y los alimentos sumirán a 263 millones de personas en condiciones de pobreza extrema.
Estas expresiones de degradación del mundo guardan una profunda interconexión. La generación de calor como producto de la actividad humana ha provocado un aumento en la temperatura del planeta, lo que deriva en el derretimiento de los polos y el aumento del nivel del mar. Este crecimiento de los mantos acuíferos pone en riesgo a millones de personas que habitan en litorales e islas, acotó Corona Jiménez .
Corona Jiménez aclaró que la encíclica papal no está en contra del progreso científico ni de la competencia del mercado, sino de su uso como herramienta para el despojo y la destrucción de los ecosistemas. Entre sus principales enseñanzas se encuentra el concepto de ecología integral, una dimensión que pretende trascender las ideologías para la búsqueda del bien común para todos los seres vivos.
E: LGG