Elementos bioactivos y biodegradables, esenciales en prótesis: Ibero
Elementos bioactivos y biodegradables, esenciales en prótesis: Ibero. Foto: Especial
Elementos bioactivos y biodegradables, esenciales en prótesis: Ibero
Elementos bioactivos y biodegradables, esenciales en prótesis: Ibero. Foto: Especial

La sustitución de órganos y tejidos por agentes prostéticos requiere del uso de materiales biocompatibles, bioactivos y biodegradables que se adapten al cuerpo del usuario y a sus constantes cambios, con el fin de interactuar de forma complementaria con el organismo.

Así lo dio a conocer la investigadora María Cristina Piña Barba, quien ofreció a estudiantes de Ingeniería Biomédica de la Ibero Puebla un recorrido histórico del uso de biomateriales en el cuerpo humano.

Recordó que la primera generación llegó en los años 60 en forma de ojos de vidrio, clavos y aleaciones para caries. Para los años 80, más de tres millones y medio de personas en Estados Unidos tenían algún tipo de implante, el cual extendió la esperanza de vida de sus usuarios hasta 25 años.

Una segunda generación optó por el uso de elementos bioactivos y biodegradables con el fin de reparar tejidos e interactuar de forma complementaria con el organismo. Materiales como hidroxiapatita, titanio y vidrio permitieron realizar reconstrucciones óseas y cirugías maxilofaciales.

Mientras que los materiales de tercera generación (la actual) están diseñados para regenerar tejidos vivos o sustituirlos de manera robótica. Los andamios biológicos se construyen a partir de biomateriales que se articulan con células vivas, de tal manera que se pueden obtener constructos bioactivos. Una vez que este elemento es cultivado se puede implantar a un paciente.

La aspiración de las investigaciones es llegar a una cuarta generación de biomateriales que promuevan la regeneración celular de manera diferenciada para cada caso, lo que llevaría a sustituir los procesos de trasplante de órganos. “La próxima generación de biomateriales podrá controlar todos los movimientos atómicos para generar la vida que más convenga”, auguró Piña Barba.

Nuevas extremidades

Una persona que tiene una amputación ve mermada su movilidad, lo que la priva del acceso a múltiples derechos: trabajo, alimentación, vivienda digna, educación e igualdad. Por lo tanto, el trabajo en el desarrollo de prótesis se convierte en una apuesta por los derechos humanos.

De acuerdo con información proporcionada por el investigador Carlos Galván Duque Gastélum, el 0.5 por ciento de la población mundial requiere ortesis o prótesis. En México (2016) se registran más de 935 mil personas con alguna amputación; el 53 por ciento son del miembro inferior.

Añadió que hay 10 mil amputaciones nuevas cada año, principalmente a causa de la diabetes. La diabetes es una de las principales causas de amputación, especialmente del miembro inferior a la rodilla. El cuerpo humano está sujeto a cambios permanentes.

E: LGG

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