Tres estudiantes de sexto semestre de la preparatoria Ibero, en Puebla, obtuvieron lugares destacados en diferentes espacios de ciencia y filosofía; se trata de Héctor Cornejo Morales, Paulina Cruz Barrios y Linda Michelle Silva Ramos.
Héctor obtuvo la medalla de plata en la X Olimpiada Mexicana de Filosofía, así como el primer lugar en el concurso Vanguardia Tecnológica, este último organizado por la Ibero Puebla.
Para el certamen filosófico, elaboró un ensayo donde recupera la mirada socrática del humor como crítica social y la sitúa en la actualidad. “La cultura de la cancelación puede ser muy radical, pero hay veces en las que sí se justifica”, explica.
En la prueba científica, y motivado por la situación de un familiar, Héctor desarrolló una manga terapéutica para casos de rehabilitación muscular. Para llegar a ello, asistió a un propedéutico ofrecido por la Universidad Jesuita en el que los participantes aprendieron a utilizar programas computacionales relacionados con robótica, ciencia médica y programación.
El joven comentó que siempre le ha gustado “encontrar el sentido de las cosas, de la vida”. La influencia de su padre, un abogado con un taller mecánico, le abrió el abanico de intereses profesionales y personales.
Paulina desarrolla proyecto sobre carga de VIH
Por su parte, Paulina Cruz Barrios, joven interesada en las áreas ingenieriles, la biología y la física cuántica, presentó un proyecto inspirado en los glucómetros que usan algunos de sus familiares con diabetes: una máquina que permite revisar la carga viral de personas con VIH en el concurso de Vanguardia Tecnológica.
Su intención es proveer a los usuarios un artefacto accesible y de bajo costo: “Te sacan una gota de sangre y la prueba la limpia, la calienta y busca la fórmula. Las personas con VIH se tienen que hacer esta prueba constantemente para que no se haga SIDA”, destacó la joven. El proyecto obtuvo el tercer puesto en el certamen.
Por su parte, Linda Michelle Silva Ramos probó sus conocimientos en química en el 17° Concurso Internacional de las Ciencias, organizado por el Tecnológico de Monterrey. La estudiante amante de la lectura crítica tuvo que resolver dos exámenes de alta complejidad y consiguió hacerse del sexto lugar en una competencia con más de 300 participantes.
La experiencia fungió como un redescubrimiento del ser individual. Michelle reconoció su potencial profesional, mismo que buscará explotar cuando empiece a estudiar biomedicina en agosto próximo. “Cuando confío en mí, las cosas se pueden dar mejor”. Más aún, relata que su ambición es estudiar medicina regenerativa para ayudar a personas que, como su padre, están en la infinita lista de espera para recibir una prótesis acorde a sus necesidades.
“No entiendo esta brecha [de género]. Nunca pensé que me fuera a gustar [la mecatrónica]; hasta que lo intenté descubrí esta pasión. [Les diría a las chicas] que lo intenten y descubran si les gusta”: Paulina Cruz.
A su vez, Paulina Cruz se sumará al amplio historial de mujeres en su familia con una licenciatura. “Nunca se hicieron chiquitas, son muy fuertes”. Y complementa: “Mi papá, al ser tres hijas, nos enseñaba que sí podemos”. La joven recuperará su pasión por las actividades manuales para estudiar Ingeniería Mecatrónica en la Ibero Puebla. Allí coincidirá con Héctor, quien, asegura, no soltará la pluma creativa.
Editado por: GDLRP
