Ante el regreso a clases presenciales en la BUAP, Pobeda viajará 2 horas diario desde Atoyatempan para estudiar Medicina; en cambio, Mónica y Eduardo, de Tabasco y Quintana Roo, iniciaron su vida solos rentando en Puebla capital para cursar Letras y Filosofía.
Esta es la disyuntiva a la que se enfrentan estudiantes del interior del estado y de otras entidades que optaron por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), cuyo retorno a las aulas en todos los niveles será el 8 de agosto, pues en sus lugares de origen no hay las carreras que buscaban o instituciones de educación superior.
En entrevista con Ángulo 7, Pobeda comentó que tiene familiares que viajaban todos los días para estudiar, por lo que ella hará lo mismo, además de que muchos de sus paisanos así lo han hecho y esto le servirá para analizar qué es lo que más le conviene posteriormente.
“Yo elegí la BUAP porque yo sé que tiene un buen nivel educativo, además de lo que estoy buscando, que es principalmente aprender y obtener los conocimientos que me ayudarán a desarrollarme de manera correcta en mi carrera y después cuando ya esté trabajando”, explicó.
Refirió que es un proceso diferente a otros que ha vivido, pues anteriormente había salido a cursar la preparatoria, pero no tan lejos.
Aunque hay transporte en el que puede viajar diario desde Atoyatempan a la capital poblana, estimó que tendrá que levantarse a las cuatro de la mañana para salir a las 5 y llegar a las 7 a su primera clase en la Facultad de Medicina.
Calcula que gastará 100 pesos en pasajes de ida y vuelta, pero tampoco descarta rentar un cuarto para no viajar tantas horas conforme vayan avanzando los semestres, sobre todo para que tenga tiempo de estudiar
Consideró que sería “un poco difícil”, ya que nunca ha estado sola y, de quedarse en la capital, debe ser más independiente, pero se tendría que acoplar, aunque por el momento no ha buscado algún cuarto y, en caso de que decida hacerlo, buscaría que fuera con algún familiar, “roomie” o compañero de la universidad.
De Tabasco a Puebla, para estudiar Lingüística
Para Mónica, quien llegó a la Angelópolis en 2018 desde su natal Tabasco para estudiar Lingüística y Literatura Hispánica, dejar a sus familiares y amigos fue complejo, pero tuvo que tomar la decisión porque la BUAP goza de prestigio y en Tabasco no existe la carrera que estudia, aunque el proceso de acoplarse le llevó un poco de tiempo porque era algo nuevo para ella, pero ahora “ya le gusta mucho”.
Comentó que sus papás son los que han costeado los gastos, aunque ahora, debido a la pandemia del Covid-19, buscó algunos ingresos extras vendiendo libros que ya no usa y ropa que esté en buenas condiciones.
“Afortunadamente no fue difícil, pero sí distinto. Quieras o no, uno se acostumbra al lugar donde nace, pero empecé a relacionarme con compañeros de aquí y se hicieron grandes amigos hasta la fecha y logré habitar de forma bonita la ciudad de Puebla. En su momento me costó regresar a Tabasco. Fue la decisión correcta la que tomé”, expresó.
Refirió que su idea siempre fue estudiar fuera de su estado y hacerlo en el centro del país, por lo que está rentando. Cuando inició, pagaba mil 300 por un cuarto con baño compartido, pero tras regresar de la pandemia “todo subió”, por lo que ahora paga 2 mil pesos por algo similar.
Eduardo deja Cancún por no haber carrera
Para Eduardo, oriundo de Cancún, Quintana Roo, vivir solo no era algo nuevo, pues ya lo había hecho anteriormente en la Ciudad de México, aunque decidió entrar a la BUAP porque en su ciudad de origen las escuelas están más enfocadas en la mercadotecnia y negocios, pues es una zona turística.
Refirió que solo tenían dos opciones: irse a la UNAM o a la BUAP. En esta última se quedó y “está muy orgulloso” de haberlo hecho, ya que es “muy buena” en la licenciatura que buscaba, aunque ahorita que son vacaciones se encuentra trabajando en su lugar de origen.
Sostuvo que ingresó a la carrera de Filosofía en 2020, por lo que los dos primeros años los curso en línea y fue hasta enero de este año que llegó a Puebla para poder tomar clases en línea, aunque sus padres solo lo apoyan moralmente, ya que él ha tenido que costear todos sus gastos.
Comentó que, al llegar a la capital, rentó un departamento en 3 mil 800 pesos, aunque para él es barato, pues en Cancún está “todo caro”.
En dicha ciudad turística, trabajaba de mesero en un bar y hará lo mismo una vez que regrese a clases, aunque ha sido un proceso pesado, ya que no conocía la Angelópolis.
RE: LPR
