El presidente, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que Diego Fernández de Cevallos es “maestro” de Ricardo Anaya Cortés, pues ambos casos son ejemplo de “la corrupción que imperó en el neoliberalismo” y del “contubernio” que existía entre el PRI y el PAN.
En su conferencia de prensa matutina, señaló que Fernández de Cevallos se “entendía” con el expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien fue responsable de iniciar con la política de privatizaciones, así como la entrega de bancos y empresas a sus allegados.
Recordó que cuando ocurrió el fraude en las elecciones presidenciales de 1988, el “jefe”, entonces diputado federal del Partido Acción Nacional (PAN), pidió quemar las boletas y no hacer un recuento.
A partir de ahí, dijo, comenzó una relación estrecha con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) e, incluso, recibió terrenos, denominados “Punta Diamante”, en Acapulco, por parte del entonces gobernador de Guerrero, Francisco Ruiz Massieu.
Expresó que en los comicios de 1994, Fernández de Cevallos, quien era el candidato panista y supuestamente opositor, ganó uno de los debates en la campaña, por lo que aumentó su popularidad, pero decidió “desaparecerse un mes”, hasta que el aspirante priista, Ernesto Zedillo, subió en las encuestas y finalmente ganó.
Anaya también tenía buena relación con PRI
López Obrador expresó que el caso de el “Jefe Diego” es lo mismo que lo que ocurre con Anaya Cortés, quien fue citado a declarar por denuncias en su contra por supuestamente haber recibido 6.8 millones de pesos para votar a favor de la reforma energética de 2013, cuando era presidente Enrique Peña Nieto.
Argumentó que el panista tenía una buena relación con Peña Nieto y fue el mismo gobierno priista el que presentó la denuncia, siendo Emilio Lozoya el responsable.
Apuntó que, por lo anterior, lo más importante de la transformación es el cambio de mentalidad y lograr la no repetición de “todas estas historias imagínense legisladores recibiendo dinero para votar”.
