Pasaron más de dos años para que un agente de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla se pusiera en contacto con familiares de Galilea Cruz Aguayo, desaparecida a los 21 años; pese al retraso, familiares acusaron que su presentación fue agresiva.
En entrevista con Ángulo 7, Cony, tía de la joven, recordó que a su sobrina la vieron por última vez en noviembre de 2018, cuando se fue a vivir a Chachapa, junta auxiliar del municipio de Amozoc, con su pareja, quien, aseguró, influyó para que Galilea cambiara su manera de ser.
Él le prohibía usar redes sociales y su teléfono; incluso, para comunicarse con Galilea, tenía que ser a través del celular de su pareja. Se trataba de una relación tormentosa con idas y venidas, por lo que el día que ella decidió irse, pensaron que era otras de esas reconciliaciones y, que pasarían 15 o 20 días para que se comunicara con su familia.
“El detalle empezó cuando pasó diciembre, llegó enero, su cumpleaños, y ella no se reportó”, comentó Cony, quien sostuvo que por esa razón decidieron ir la casa de la mamá de la pareja de su sobrina, en Chachapa, pero sin éxito, por lo que decidieron contactar a la hermana del sujeto.
Calle por calle
Sin otra información más que la de la colonia donde vivía la hermana, se dieron a la tarea de ir calle por calle y casa por casa hasta encontrarla, sin embargo, tras dar con ella, la única respuesta que obtuvieron fue que la relación entre su hermano y Galilea ya había terminado.
Fue entonces cuando acudieron a la FGE del estado para levantar la denuncia, sin embargo fue hasta finales de febrero cuando un agente se apersonó en la casa de la mamá de Galilea: Después de dos años, pero llegaron de manera muy agresiva, no era una manera correcta de dirigirse a los familiares, a pedirnos a actualizar el expediente. ¡Después de dos años!, es la primera vez que nos vienen y preguntan y están haciendo una investigación”, expresó con asombro Cony.
El argumento del retraso fue que el caso se los acababa de asignar, pese a que la familia llevó pruebas a la fiscalía, incluso de las dos personas que para los allegados a Galilea resultan ser sospechoso y quienes, hasta la fecha, han realizado su vida normal.
La tía de Galilea, quien es parte del Colectivo Voz de los Desaparecidos, hizo el llamado a la FGE para que haga su trabajo y, que capacite a su personal sobre cómo abordar estos temas; “son servidores públicos, viven a través de un salario y les pagan por atendernos (…) no por el hecho de que traiga un uniforme o un gafete voy a dejar que me intimide (…) les falta un poco de tacto humano”.
