En el aspecto legal, la perspectiva de género busca atender las asimetrías sociales a través de la creación de una igualdad sustantiva en la participación social y no “beneficiar a las mujeres”; apuesta por la equidad.
Lo anterior lo manifestó Lilia Mónica López Benítez, magistrada en el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, durante una charla para la Universidad Iberoamericana en Puebla (Ibero), quien agregó que la marginación ha orillado a las mujeres a una lucha histórica por la conquista de cada uno de los derechos políticos y sociales que a los hombres les han sido dados desde su nacimiento.
Destacó que los estereotipos también contribuyen a mantener las prácticas de desigualdad. Mientras que el hombre es visto como el proveedor fuerte y activo, la mujer es relegada exclusivamente a actitudes pasivas, débiles y sensibles. En la impartición de justicia, estos atributos se alojan en la llamada “categorización sospechosa” que, bien empleada, puede contribuir a un ejercicio proporcional de la ley.
Para la magistrada, la meta última es la inclusión. Tanto en los juzgados como en la vida cotidiana, la perspectiva de género impulsa los análisis exhaustivos de la realidad que permitan generar los cambios necesarios para llegar a sociedades más justas y equitativas.
Un ejemplo de esto último es la reciente aprobación de las licencias de paternidad para los varones que laboran en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), compartió.
En tanto, Simón Hernández León, coordinador de la Licenciatura en Derecho de la Ibero de Puebla, destacó que hablar de derechos humanos y perspectiva de género como una cuestión necesaria para la vida permite comenzar a romper resistencias tanto en la sociedad civil como en las instituciones públicas.
Editado por: Emma Flores Flores
