En San Pablo Xochimehuacan, se encuentra la calle Gasoducto, una de las principales vialidades, nombrada así como un preludio a la explosión ocurrida el pasado 31 de octubre, luego de que hace más de 60 años se instalaron las tuberías de gas de Pemex.
De sureste a noroeste, la calle de más de un kilómetro y compuesta de siete cuadras cruza en diagonal a lo largo de esta junta auxiliar desde la Avenida San Pablo del Monte a la de Ferrocarril; sobre ella, cientos de habitantes en sus casas y comercios conviven día a día.
La vialidad puede parecer a cualquiera ubicada en los suburbios de la capital poblana, sin embargo, como característica, en cada cuadra se puede encontrar hasta cuatro estructuras de color amarillo que indican “No construir” y “No excavar” contiguas a los muros de las viviendas.
Ernesto, vecino de Gasoducto y dueño de una vecindad que tiene casi 70 años, ha presenciado el crecimiento de esta calle de la junta auxiliar, antes llamada El Barrial, incluso recordó cómo surgió su nombre, dado después de la instalación de las tuberías del gasoducto Cactus-Tula-Guadalajara.
“Le dan el nombre después de que colocan los ductos, mucha gente empezó a identificar este tramo por el lugar donde pasan los ductos de gas, y así se le quedó para no decirlo tan largo, decían ‘Gasoducto’”, recordó.
Asentamientos irregulares
A causa del crecimiento de la mancha urbana de la ciudad de Puebla, San Pablo Xochimehuacan, junto con dicha vía, se poblaron casi en su totalidad en 30 años, además se fueron asentado personas de manera irregular encima de los ductos que aprovecharon para su “ordeña” y obtener combustible, siendo más evidente en el periodo morenovallista, que inició en 2011 y terminó en 2017.
“Mucha gente del mismo San Pablo fue la que comenzó a hacer las tomas, hubo un tiempo donde podías ver libremente a personas vendiendo gasolina por litro a seis pesos“, señaló Daniel, otro de los vecinos; de acuerdo con el ayuntamiento de Puebla, de los 244 predios de la zona de la explosión en San Pablo Xochimehuacan, 116 son irregulares.
Hace poco más de una semana, vecinos se percataron de una nube de blanca y un fuerte olor a gas, lo que llevó a la evacuación de 2 mil personas, posteriormente, en el cruce de Gasoducto con Avenida Ferrocarril, ocurrieron cuatro explosiones, producto de una toma clandestina que provocó la muerte de dos personas y el daño de 255 casas.
Días después, el pasado 2 de noviembre, vecinos encontraron una toma clandestina dentro de una vivienda abandonada en dicha calle, esquina con Santa Bárbara; además dos días después, la FGE decomisó una pipa de Gas Maru, una camioneta y documentación en otro inmueble, cerca de la privada Gasoducto, sin dar más información.
Hoy, los vecinos viven en la incertidumbre y con miedo por el riesgo que significa vivir cerca a los ductos; por ahora, se encuentran en la expectativa de lo que ordenen las autoridades para evitar cualquier tragedia como la ocurrida el 31 de octubre de 2021.
