El Juzgado Tercero de Distrito en Quintana Roo negó el amparo al exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, contra el auto de formal prisión interpuesto por su presunta responsabilidad en el delito de tortura a la periodista Lydia Cacho Ribeiro.

Así lo dio a conocer, mediante un comunicado, la organización Artículo-19, donde señaló que también se le negó un amparo contra la solicitud de realizar su proceso bajo libertad.

No obstante, destacó que el Tercer Tribunal Colegiado en Quintana Roo amparó al empresario Kamel Nacif Borge, quien también es acusado de cometer tortura contra Cacho Ribeiro, delito que desestimó haya cometido.

El tribunal señaló en su sentencia que los actos realizados en contra de la periodista en diciembre de 2005 no tuvieron relación con la publicación del libro “Los demonios del edén”.

Artículo-19 acusó que los magistrados realizaron un análisis “profundamente sesgado” de las llamadas telefónicas entre Marín Torres y Nacif Borge, ya que consideraron que “cuando el exgobernador de Puebla dice que acababa de dar “un pinche coscorrón a esta vieja cabrona (sic)”, se trata de una afirmación “vaga y genérica” que en México es utilizada para identificar a una mujer”.

Magistrados dicen no tener pruebas sobre tortura

Añadió que “las magistradas consideraron que no hay prueba fehaciente sobre la existencia de una orden para torturar a la periodista por publicar el libro y que, todo lo sucedido y vivenciado por ella, se reduce a la responsabilidad de los dos policías que detuvieron a Cacho”.

Por ello, expresó que la determinación abre el camino para la absolución del resto de los acusados, además de que señaló posibles prácticas de corrupción en el poder judicial estatal y federal para beneficiar a Nacif Borge, por lo que pidió una investigación pronta, imparcial, independiente y eficaz.

Nacif Borge, conocido como el “Rey de la mezclilla”, fue detenido en octubre de 2020, mientras que a Marín Torres lo aprendieron en febrero de este año, ambos son acusados de cometer tortura en contra de Cacho Ribeiro, quien en su libro “Los demonios del Edén” describe una red de pornografía infantil en la que implica a empresarios y políticos.