Estados padecen herencia de APP; son contrarias al interés público: AMLO
Estados padecen herencia de APP; son contrarias al interés público: AMLO. Foto: Presidencia

El presidente, Andrés Manuel López Obrador, indicó que las Asociaciones Público-Privadas (APP) son una herencia que padecen los gobiernos estatales, las cuales se hicieron para beneficiar a grupos vinculados al poder y son contrarios al interés colectivo.

En su conferencia de prensa matutina, aseguró que dichos esquemas surgieron a partir del neoliberalismo y consisten en que privados realizan un servicio, como la construcción de infraestructura, y cobran tanto la acción como el financiamiento.

Señaló que uno de los ejemplos es el Hospital de Alta Especialidad de Zumpango, construido cuando Enrique Peña Nieto era gobernador del Estado de México, y por el cual se tiene que pagar 200 millones de pesos cada año en un periodo de 25 años, costando de 7 a 8 mil millones de pesos, cuando realmente vale 500 millones.

Expresó que para realizar una APP en anteriores sexenios sólo se requería de la autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los gobiernos estatales firmaban el contrato y como garantía se quedaban las participaciones federales.

Cabe mencionar que en el caso de Puebla, las plataformas de Audi, con un costo de 5 mil 79 millones 315 mil 613 pesos, y el Museo Internacional del Barraco (MIB), de mil 742 millones 945 mil 414 pesos, fueron realizadas por medio de APP en la gestión de Rafael Moreno Valle.

Busca que haya acuerdos en contratos

Por ello, indicó que se busca llegar a acuerdos en los contratos de los hospitales que hayan sido construidos en dicho esquema, como el de Tapachula y otros, los cuales incluso tuvieron financiamiento de la Banca de Desarrollo.

Recordó que en muchos casos las negociaciones de contratos son llevadas a tribunales internacionales, donde difícilmente ganan los gobiernos.

Destacó que la empresa Blackrock buscaba realizar el tramo del Tren Maya de Tulum a Cancún, bajo una APP, pero se negó, pues se convierten “en una deuda eterna”.

“Se pagan tres, cuatro, cinco, diez veces más de lo que vale una obra, se paga más, sacan más jugo por los intereses, por el financiamiento, que por lo que pueda resultar de utilidad la obra, eso ya se canceló completamente”, aseveró.

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