Reubicados en carpas bajo el puente aledaño y sin fecha para que inicie la remodelación de su centro de trabajo, ante la falta de acuerdo con las autoridades, los locatarios del mercado Amalucan intentan seguir con sus ventas.
Los comerciantes fueron desplazados a un costado del mercado en carpas, las cuales no cuenta con agua, drenaje ni luz, mientras se concretaban las obras, cuyo comienzo es aún incierto.
En un recorrido realizado por este medio, se apreció que este mercado improvisado consta de una centena de cubículos, formados uno tras otro, los cuales constan de una estructura de metal cubierta por una lona, algunos sin luz eléctrica y cuyo conjunto está cercado.
Dentro de estas carpas, locatarios continúan ofreciendo verdura, frutas, flores, hierbas y diversos artículos, además de otros pocos que ofertan pescado, pollo y carne roja.
En los cubículos donde si se aprecian tomas de corriente, los vendedores conectan básculas, cortadoras de carne y focos, mientras que los compartimientos sin electricidad la consiguen por medio de “diablitos”, instalaciones eléctricas improvisadas.
Esto, contrasta con lo que la Comuna prometió para la reubicación de los locatarios, pues hace más de un mes la encargada de despacho de la Secretaría de Gobernación (Segom), Catalina Pérez Osorio afirmó que la sede alterna contaría con electricidad, drenaje y sanitarios, lo cual no fue instalado en la sede alterna.
Si bien algunos cubículos cuentan con corriente, el servicio de agua se limita a dos tinacos puestos al fondo del mercado, mientras que la Comuna no instaló iluminación para el recinto alterno.
Se mantiene presencia policial
Es de resaltar que, desde la implementación del mercado provisional, a la zona arribaron efectivos de la policía municipal, con equipo antimotines y vehículos blindados; a día de hoy, efectivos aún permanecen en el lugar junto con un autobús de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SCC) y una patrulla acorazada.
Un par de elementos custodian la entrada, salida y el espacio que divide el recinto a demoler y las carpas provisionales, según ha declarado el ayuntamiento en su momento, “para mantener el orden”.
Comerciantes comentaron a este medio que la apertura del recinto provisional es después de las 6:00 de la mañana, mientras que a las 5:00 de la tarde se cierra el enrejado, después, los efectivos no abandonan el lugar.
Aún trabajan algunos en inmueble
Por otra parte, los comerciantes que aún ocupan el inmueble a demoler también operan en relativa normalidad, en un recinto en el que se aprecia una disminución de afluencia y entre cartulinas con consignas como “No queremos obras”, acompañadas del número de local.
No se instaló alguna barrera física entre el mercado provisional y el edificado, aunque hay presencia policial entre ambos recintos, separados apenas por unos metros.
Andamos chingándole; no hay de otra
Cuestionados al respecto, los comerciantes evitaron ahondar en que tanto los ha afectado el conflicto por la demolición del mercado: “pues ahí va (la venta)”, “aquí andamos, chingándole, no hay de otra”, llegaron a comentar.
Hace más de dos meses que el ayuntamiento de la capital anunció la demolición y reconstrucción del recinto, como parte de un paquete de obras a cargo de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial Urbano (Sedatu), no obstante, aún no hay una fecha clara para iniciar los trabajos.
Los locatarios opositores a las obras aluden que derribar el mercado en medio de la recuperación económica por la pandemia de Covid-19 va a afectar sus ventas, ya mermadas por la pandemia.
En días pasados, el gobierno estatal advirtió que la obra podría incluso no comenzar, a falta de acuerdos entre quienes serán los beneficiarios y el ayuntamiento.
