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(Quinta parte)

El modelo productor-innovador (MP-I) sintetiza 20 años de trabajo y resultó de una rigurosa evaluación de las tecnologías progresivas (campesinas) y radicales (modernas) aplicadas en el manejo del maíz de secano o temporal. Su construcción comprendió cuatro etapas:

Primera. Se diseñó y aplicó un cuestionario a una muestra de productores adscritos al Programa Directo de Apoyo al Campo (Procampo-Proagro), con preguntas referidas a los cuatro temas contenidos en el concepto de manejo (ver segunda parte, https://bit.ly/3blbPf4).

Segunda. Se evaluaron las innovaciones radicales y progresivas aplicadas en el manejo del maíz, mediante el cálculo del Índice de Apropiación de Tecnologías Radicales (IATR) y el Grado de Empleo de Tecnologías Progresivas (GETP).

Para calcular el IATR se contrastaron las prácticas agrícolas expuestas en el paquete tecnológico creado y recomendado por el Inifap, con las correspondientes que realizó el productor a nivel de campo. Al paquete se le asignó un valor de 100 puntos y se ponderó, según el impacto en la productividad de cada práctica: 10 fecha de siembra, 20 variedad, 15 densidad de plantas por hectárea, 25 y 5, para dosis de fertilizantes y fecha de su aplicación, 6 y 4, para tipo y dosis de herbicida, 6 y 4, para tipo y dosis de insecticida y 5 para el combate de enfermedades. Cada valor ponderado se dividió entre dos; el primer cociente correspondió al uso de la recomendación y el segundo a su adecuado manejo. Por ejemplo, si un productor aplicó el tipo y dosis de herbicida recomendada por el INIFAP se le asignó 6 puntos, pero si usó otro tipo de herbicida u otra dosis el valor fue la mitad y si no usó, su cuantía fue de cero. Esto se debe a que el INIFAP recomienda fórmulas de producción, que fueron probadas experimentalmente durante varios años, y no el uso de cualquier tipo y dosis de herbicida.

Para evaluar las innovaciones progresivas, se cuantificó el GETP el cual incluyó prácticas agrícolas campesinas (asociación y rotación de cultivos, conservación de suelo) e insumos (semilla criolla y estiércol) no idóneos para el Inifap, pero que fueron aplicados usualmente por los maiceros indígenas y/o campesinos. A cada práctica e insumo, se le asignó un valor de 20 unidades.

Tercera. Con los datos del IATR y el GETP, se construyó la tipología de productores, agrupándolos en baja (< a 33.33), media (33.34-66.66) y alta apropiación de tecnología (> a 66.66). Para la teoría constructivista, la tipología es un puente epistémico, para transitar de las abstracciones empíricas, obtenidos de la encuesta, a las abstracciones reflexivas y constructivas, creadas a partir de la aplicación de la teoría (Piaget y García, 2008. https://bit.ly/3cWBdYa)

Cuarta. Finalmente se construyó una tipología de productores según sus rendimientos por hectárea. Con este fin, se eligieron a los productores de mayor y menor rendimiento y se tasó la diferencia que se dividió entre tres y el cociente se sumó al rendimiento menor para crear tres rangos acordes a tipos de productores de bajo, medio y alto rendimiento. Los últimos productores, se consideraron eficientes y su patrón tecnológico fue asumido como el MP-I.

Los resultados de nueve estudios evidenciaron las siguientes regularidades empíricas:

1. Se encontraron tres tipos de sistemas milpa: la clásica, donde se asociaron, al menos, maíz, frijol y calabaza; la intercalada con árboles frutales (MIAF) y el tlacolol. Todas las milpas albergaron una gran biodiversidad de flora y fauna.

2. Existen maiceros con índices de apropiación de tecnologías diferenciados tanto para el GETP, como para el IATR, lo que se expresó en rendimientos disímiles.

3. Todos los productores eficientes manejaron el maíz como milpa, donde se aplicó un diálogo de saberes que entrevera tecnologías indígenas/campesinas y modernas que, aunque diferentes, se integraron entre sí. De esta diferenciación-integración tecnológica derivó, por razón de un proceso de negación-superación dialéctica, un nuevo patrón tecnológico con propiedades productivas superiores, si se compara con las tecnologías que le dieron origen.

4. El manejo de la milpa requiere de mayor cantidad de trabajo.

5. La mayoría de los milperos eficientes tienen rasgos de vida similares: viven en pobreza alimentaria, son minifundistas extremos, son pequeños ganaderos, producen para el autoconsumo, tienen baja disponibilidad a los medios de producción, son pluriactivos, etc.

6. Por último, un resultado fortuito que se encontró fue que el maíz asociado al sistema milpa produce el doble de tortilla. Así lo aseveraron Berta Marban German y Norberta Flores Villalba oriundas, respectivamente de Jolalpan y de San Lucas Tulcingo, Puebla-México.

Palabras agudas

Los documentos expuestos abajo son pruebas incuestionables del actuar anticonstitucional de la burocracia dorada de la BUAP en mi contra. Primero me rescindieron y luego admitieron las pruebas que ofrecí a cada una de las falsas acusaciones hechas por el entonces director del Icuap, el Técnico Agrícola Jesús Francisco López Olguín (https://bit.ly/3ba28zQ). La perversa actuación de la burocracia dorada, protegida con el manto de la autonomía universitaria, violó mis derechos constitucionales, entre otros, mi derecho de audiencia.

Puedes leer la entrega anterior en la siguiente liga: https://www.angulo7.com.mx/2021/02/10/el-enfoque-agroecologico/

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Miguel Ángel Damián Huato es profesor-investigador del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias de la BUAP. Fue Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2011 y es miembro del Sistema Nacional...