Ante la decisión de la Unión Europea de restringir la exportación de vacunas de Pfizer y AstraZeneca contra Covid-19, para asegurar sus suministros, México se está rezagando en la aplicación del antígeno y su gobierno busca alternativas pese a las reticencias de la OMS.
De acuerdo con el análisis Our World in Data, de la Universidad de Oxford, México perdió su puesto como el país de América Latina con mayor cantidad de dosis aplicadas entre diciembre y enero.
Su tasa de vacunación es de 0.55 vacunados por cada cien mil habitantes, mientras que las de Brasil y Argentina son de 1.60 y 1.04 por cada cien mil habitantes, respectivamente.
Este rezago comenzó tras la primera quincena de enero, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que Pfizer iba a reducir la entrega de 430 mil vacunas por semana, para proveer del antígeno a los países más pobres del mundo, como recomendó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Aunado a ello, la Unión Europea activó el 30 de enero restricciones a las exportaciones de vacunas de la Covid-19, producidas o no en sus países miembros, argumentando que así busca asegurar 2 mil 300 millones de dosis comprometidas con las farmaceúticas y la “transparencia” de los envíos.
Entre las farmacéuticas para las cuales se aplica esta medida están Pfizer-BioNTec, y AstraZeneca. La primera es que se está aplicando a médicos que atienden a pacientes con Covid-19 en México. Con la segunda, el gobierno firmó un contrato para adquirir 77 millones de dosis.
Rechazan petición de AMLO para vacunas
El viernes pasado, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell-Ramírez dio a conocer que Pfizer había rechazado la petición del presidente Andrés Manuel López Obrador para enviar al país las vacunas que están retrasadas antes del 15 de febrero.
En consecuencia, la fecha tentativa para terminar la aplicación de la segunda dosis a médicos se aplazó al 21 de febrero. Con ello, estaría muy cerca del inicio de la vacunación masiva a adultos mayores de 60 años.
Buscan adquirir vacunas “no aprobadas”
Desde principios de año, el gobierno federal busca la adquisición de vacunas desarrolladas por farmacéuticas distintas para asegurar su plan nacional de vacunación. Esto, pese a la críticas debidas a que tales antígenos no ha recibido el “aval” de la OMS.
Particularmente, se trata de las vacunas rusa Sputnik V, y las chinas Cansino y SinoVac, las cuales ya fueron aprobadas por instituciones de prestigio internacional en sus respectivos países, y han pasado sus respectivas fases de ensayo.
En el caso de la rusa, que Argentina ya aplica a su población, la reconocida revista médica The Lancet publicó que tiene una eficacia de 91.6 por ciento para prevenir los síntomas del Covid, así como su protección total en casos severos y sin efectos secundarios serios.
A diferencia de las anglosajonas de AstraZeneca y Pfizer, Sputnik V también ha demostrado ser efectiva y segura en individuos de la tercera edad.
El pasado 25 de enero, un día después de entrar a confinamiento por contagiarse de Covid, López Obrador acordó con Vladimir Putin, su homólogo ruso, el envió a México de 24 millones de dosis de la Sputnik V.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que los laboratorios que han desarrollado las vacunas rusa y chinas no le ha proporcionado todos los documentos requeridos para avalarlas e ingresarlas en el mecanismo Covax, al cual pertenece México.
