Estar en casa por Covid, doble martirio para familiares de desaparecidos
Estar en casa por Covid, doble martirio para familiares de desaparecidos. Foto: EsImagen
Estar en casa por Covid, doble martirio para familiares de desaparecidos
Estar en casa por Covid, doble martirio para familiares de desaparecidos. Foto: EsImagen

Quedarse en casa por el Covid-19 es para los familiares de desaparecidos en Puebla un doble martirio, pues los ingresos mermaron y, si de por sí viven en la incertidumbre de no saber cómo están sus seres queridos, con el virus esta preocupación aumenta.

Así lo indicó María Luisa Núñez Barojas, vocera del Colectivo Voz de los Desaparecidos, quien compartió que el confinamiento provocó que las investigaciones se alentaran más, y las citas que tenían se hayan cancelado.

“Luego, me pongo a pensar en mis muchachos, no sé en qué condiciones estén ellos; no sé en qué condiciones de riesgo; a ellos quién los cuida o apoya”, cuestiona sobre el caso de su hijo, Juan de Dios Núñez Barojas, desaparecido con dos amigos en Palmar de Bravo en 2017.

La mayoría de los 40 integrantes son gente que sale al día a día o trabaja independientemente; incluso, mencionó que uno de ellos se quedó sin dónde vivir, además de que se desempeña en una maquila, donde aparte de no darle prestaciones, el pago por cubrebocas es de .25 centavos.

O en su caso, como abogada, no ha podido realizar otros trabajos porque los juzgados están cerrados.

Resaltó que el colectivo no cuenta con fondos para apoyar a las familias por el lado económico, lo cual, recalcó, genera una preocupación que, valga decir, se sale de lo normal, ya que la situación restringe las búsquedas y “no dejas de pensar en cómo están ellos”.

A esto se suma que por parte de la Comisión de Búsqueda de Puebla no busca como debería; aunque reconoció que ha localizado a gente desaparecida en días recientes, no así con el Colectivo Voz de los Desaparecidos y otras personas con meses o años sin saber de su paradero, prueba de ello fueron los casos de Fátima, de 13 años, y Sergio, de 29, a quienes las familias, con sus propios recursos, llevaron de regreso a sus casas.

Para Núñez Barojas, dicha instancia no actúa con sensibilidad ni el respeto que se merecen las víctimas, que, de acuerdo con cifras oficiales, es de 3 mil la cifra histórica registrada.

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