Durante su primer fin de semana, en puente festivo y quincena, El Buen Fin de 2020 trajo a comerciantes y restauranteros del Centro Histórico de Puebla un repunte en sus ventas de 20 por ciento, tras la caída en sus ingresos derivada por la pandemia de Covid-19.
Así lo dieron a conocer el titular del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, José Juan Ayala Vásquez, y la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Olga Méndez Juárez, quienes coincidieron que estos días serían los más fuertes del evento.
En entrevista con este medio, Ayala Vásquez manifestó que no habría un punto de comparación de El Buen Fin del año pasado con el que sucede durante la pandemia.
Indicó que los negocios del Centro Histórico reportaron caídas del 60 por ciento, respecto a lo que vendían antes de la contingencia sanitaria, por lo que se esperaba repunte del 30 por ciento en dicho evento.
“Ahora vemos, al día de ayer, que llegó a un 20 por ciento, el día de hoy se está comportando más o menos, esperemos que mañana tengamos un mejor número, para recuperarnos un poco, no es un “Buen Fin” para celebrar. Sí, nos ayuda, pero este año estamos prácticamente sobreviviendo, económicamente hablando”, declaró el representante de comerciantes.
Afluencia en restaurantes crece 20%
Por su parte, Méndez Juárez manifestó a este medio que su gremio comenzó a ver un repunte hasta este fin de semana, siendo que el evento inició el pasado lunes y afirmó que hubo un alza en la afluencia de restaurantes del 20 por ciento, al igual que sus ingresos.
“Nosotros vimos apenas las repercusiones en las ventas, entre el viernes y sábado, en un inicio estuvo muy tranquilo. (…) en el Centro Histórico ayer repuntó un poquito, eso me da mucho gusto porque es el sector que más se encontraba más lastimado”, expresó la titular de Canirac en Puebla.
Ambos líderes comerciales aseveraron que sus agremiados cumplen con las medidas sanitarias requeridas a causa de la contingencia, aunque señalaron al ayuntamiento capitalino de no implementar protocolos en otras zonas, como mercados o calles donde se abarrotan los vendedores ambulantes.
