Inoperante, el 56% de tratadoras de agua en Puebla; rehabilitarlas es opción
Inoperante, el 56% de tratadoras de agua en Puebla; rehabilitarlas es opción. Foto: Archivo
Inoperante, el 56% de tratadoras de agua en Puebla; rehabilitarlas es opción
Inoperante, el 56% de tratadoras de agua en Puebla; rehabilitarlas es opción. Foto: Archivo

En Puebla, al menos 210 de 375 plantas de tratamientos de aguas residuales —el 56 por ciento–, repartidas en 135 municipios, están inoperantes y el resto funciona con deficiencias; expertos en saneamiento señalan como una opción rehabilitarlas a partir de proyectos a la medida de cada caso.

De acuerdo con un inventario al que tuvo acceso Ángulo 7, 160 (el 43 por ciento) de estas instalaciones están catalogadas como “en operación” y cinco (uno por ciento) “en construcción.

El documento, realizado con base en datos de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento del Estado de Puebla (Ceaspue), también indica que el 32 por ciento de los 217 municipios (82) de la entidad no cuenta con ninguna planta tratadora.

Tan sólo en Puebla capital, hay ocho plantas: Alseseca Sur, Atoyac Sur, Barranca del Conde, Mira Atoyac, Parque Ecológico Puebla, San Francisco, San Andrés Azumiatla y San Pedro Zacachimalpa.

Pese a que Agua de Puebla sostiene que opera siete de ellas y que incluso ha aumentado su volumen de saneamiento, no cesan los reportes ciudadanos sobre la contaminación del vital líquido en la capital y las advertencias de expertos que no funcionan y que el río Atoyac sigue siendo un drenaje abierto.

Lo anterior pese a que dicha empresa cobra millones de pesos por el concepto de saneamiento.

Planta de Tecamachalco, sin funcionar

Otro caso es la planta tratadora de Tecamachalco, que no funciona por negligencia del actual ayuntamiento, encabezado por Marisol Cruz García,  la cual según un recorrido realizado tiene sus tanques de agua plagados de algas y basura.

Fachada de planta tratadora de aguas residuales en Tecamachalco. Foto: Especial

Uno de los tanques de la planta. Foto: Especial

Consultada sobre este tema, Edna Romero Hernández, de la organización Caesaris Medio Ambiente y Construcción, señaló que de las 160 plantas, catalogadas como en operación, en realidad funcionan con deficiencias y otras están prácticamente abandonadas, pero las autoridades las ocultan para cumplir recomendaciones, como la 10/2017, emitida por la CNDH a 22 municipios de Puebla y Tlaxcala que contaminan el Río Atoyac, o no ser sancionadas.

Detalló que en 21 municipios, las plantas son manejadas por sistemas operadores, mientras que en la mayoría de los casos están a cargo de comités vecinales.

Ante esta situación, planteó que los alcaldes realizar proyectos de rehabilitación adecuados a las necesidades de las plantas tratadoras inoperantes o con problemas.

Explicó que este tipo de proyectos deben estar fundamentados en un diagnóstico y un dictamen de las instalaciones, así como ser viables en tres aspectos: económico, pues algunas plantas se pueden rehabilitar con poco dinero; técnico, considerando las características de cada planta, y ambiental, para cumplir las normas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Tienen que estar precedidos –abundó– de un diagnóstico que contemple la revisión de las estructuras de la planta, y de sus instrumentos (bombas, líneas de agua, reactores), para después hacer un cálculo y dictamen final de lo que necesita.

Gastos millonarios

De acuerdo a una revisión, Ángulo 7 encontró que en la construcción y ampliación de plantas de tratamiento se han gastado millones de pesos en el estado, sin embargo, las mismas solo funcionan uno o dos años.

Además, son muy pocos alcaldes los interesados en el tratamiento de las aguas residuales de sus municipios porque, desde su punto de vista, no son obras que les generen capital político, pues no son tan visibles como una carretera o un hospital.

Por ello, no les dan importancia y no invierten en dicho rubro.

En tanto, Romero Hernández dijo que en la mayoría de casos, la mejor alternativa es la rehabilitación de las plantas de tratamiento, que no es tan cara –entre 800 mil y dos millones de pesos, dependiendo el caso– y así los ediles, al sanear el agua en sus municipios, cumplen con el mandato constitucional establecido en el artículo cuarto.

Además, mencionó que los ayuntamientos pueden solicitar recursos a la Federación y al estado para la rehabilitación y construcción de plantas, pero lo más importante es que no se hagan “jugosos” negocios con las licitaciones de estas obras. 

Finalmente, como ejemplos de rehabilitación, mencionó una planta de San Martín Texmelucan, parada durante 10 años, donde una empresa pretendía llevar a cabo obras de ampliación por 22 millones de pesos, pero la consultora logró ponerla en marcha por un millón.

Planta tratadora en San Martín Texmelucan. Foto: Especial

Asimismo, Caesaris rehabilitó la planta de Domingo Arenas, donde también se quería llevar a coba una ampliación millonaria, y ahora esta instalación sanea ocho litros por segundo.

Agua de la planta tratadora en Domingo Arenas. Foto: Especial